LA UNIÓ de Llauradors alerta que, según sendos informes basados en dos auditorías realizadas por la Comisión Europea (CE) y publicados recientemente, las autoridades de Galicia y Portugal se resignan ya a renunciar a la erradicación y se limitan a tratar de contener la expansión del insectoTrioza erytreae, la psila africana que ac­túa como vector portador de la más temida enfermedad de los cítricos, conocida como Huangglongbing (HLB) o Gree­­­ning.

Efectivamente, en el caso ga­llego, los inspectores comunitarios concluyen que las medidas promovidas para frenar su propagación "no son sis­te­máticamente implementadas y como consecuencia de ello su propagación a las áreas libres de esta plaga es con­siderada inevitable". No menos contundentes se muestran a la hora de enjuiciar la situación en el país vecino ya que "debido a lo consolidado de la población de este insecto, particularmente en las áreas urbanas (del litoral), la erradicación de las zonas afectadas no es considerada factible por las autoridades com­pe­tentes". Las visitas realizadas por los funcionarios de la DG de Salud y de Seguridad Alimentaria constataron, con to­­do, que la bacteria del HLB o su otro vector conocido -la psila asiática Diaphorina citri- no se encuentra presente por el momento en ninguno de los dos territorios.

LA UNIÓ exige por todo ello mayor responsabilidad y dotación de medios para los Servicios de Sanidad Vegetal de ambas demarcaciones en tanto, a la luz del análisis efectuado, se constata que parecen ser incapaces de frenar la propagación del insecto. Es más, reclama una mayor sensibilización de la ciudadanía o incluso cambios regulatorios para forzar que los obligados tratamientos y las podas del material afectado sean efectivamente realizados en los jar­dines de particulares, donde se ha localizado la mayor parte de los casos de esta plaga. De no frenar su rápida expansión, la entrada de este insecto en las zonas productivas de la Comunitat Valenciana, Andalucía, Murcia o Cataluña podría suponer “una catástrofe porque en sólo unos años llegaría la bacteria, lo que supondría la muerte masiva del arbolado”. 

Los auditores también se desplazaron a la Comunitat Valenciana -la principal zona productora del Estado-  donde comprobaron que los planes de vigilancia funcionan y que no se ha dado ningún positivo. En el caso gallego, se da la circunstancia agravante de que, además, sus autoridades están teniendo que repartir esfuerzos para hacer frente a otra plaga de primer orden, que en esta ocasión afecta a la patata -de la que sí es importante productor, cosa que no ocurre con los cítricos- como es la polilla guatemalteca (Tecia solanivora).

En Portugal, desde que en diciembre de 2014 fue notificada por primera vez en la zona del litoral norte del país, la Trioza ha ido expandiéndose hasta situarse ya en la zona centro del país, en Aveiro, a menos de 450 kilómetros de la región portuguesa del Algarve y de Huelva, zonas productoras de cítricos y a unos 70 km de las áreas donde se con­centran la inmensa mayoría de viveros del país, otro punto especialmente crítico con una producción próxima a 1,2 mi­llones de plantones. El informe también cuestiona el escaso número de inspectores lusos existente la citada zona ci­trícola del sur (Algarve), la descoordinación en cuanto a los necesarios permisos para que los particulares pu­dieran apli­­car los prescriptivos fitosanitarios (hasta junio de 2016 no se aprobó el uso no profesional) y constata el des­co­no­ci­miento de los particulares sobre qué productos y de qué manera se debían tratar los frutales afectados de sus jardines.

En parecidos términos se podría hablar del caso gallego, en el que los auditores han constatado que los propietarios particulares no cumplieron en muchos casos con las obligaciones que exige la normativa comunitaria, esto es, que no arrancaron los árboles afectados, que tampoco realizaron una poda severa en su defecto ni recurrieron a los pesticidas ha­bilitados porque tampoco tenían la información sobre cómo usarlos (con qué equipos y con qué regularidad). Hasta tal punto esto es así que, según la monitorización llevada a cabo, ya se ha constatado la presencia de la Trioza en 57 municipios de Pontevedra, 33 de La Coruña y 9 de Orense. Los controles sobre los 'gardens' (viveros para jardines) sí se realizaron y se aplicaron las medidas de cuarentena debidas (como la des­trucción en al­gu­nos casos de las posibles plantas hospedantes), pero, según la prensa local gallega las restricciones en la compra de rutáceas en tales establecimientos gallegos no se han dado en otras zonas del norte de Portugal, donde muchos gallegos viajaron para adquirir plantones -muchos de ellos ya afectados- con lo que las re­plan­ta­ciones de los pocos arranques que se han producido se han realizado con material 'contaminado'. Las autoridades gallegas sí cumplieron, en cambio, con los tratamientos públicos preventivos y el presupuesto se incrementó considerablemente de 2015 a 2016, año en el que la Xunta llegó a presupuestar casi 400.000 euros.

La situación es realmente grave y obliga a tomar todas las medidas de protección posibles y viene a corroborar las de­nuncias que reiteradamente se hacen desde LA UNIÓ acerca de la fragilidad de los controles fitosanitarios en la Unión Europea y exige de forma urgente medidas para controlar rigurosamente los intercambios de material vegetal con objeto de evitar la transmisión de esta enfermedad. En este sentido, la variante asiática del HLB ha provocado ya enormes pérdidas económicas en la citricultura brasileña, en el estado norteamericano de Florida o en muchas provincias de China.

Los daños que provoca el HLB en los cítricos son variados. Por un lado, en el envés de las hojas jóvenes se forman unas agallas abiertas donde se desarrollan las ninfas, apareciendo como consecuencia deformaciones en forma de verruga en el haz. Esto ocasiona una distorsión de los brotes y las hojas, que adquieren un aspecto rizado y en ocasiones clorosis de las hojas jóvenes. Por otro lado, las semillas se vuelven marrones y pueden no desarrollarse totalmente. Aunque pudiera parecer una plaga menor, desde el punto de vista fitosanitario tiene una gran incidencia puesto que la psila africana puede ser vector de transmisión de la enfermedad conocida como “huanglongbing” o enverdecimiento de los cítricos provocada por varias bacterias del género Candidatus Liberibacter. Esta patología es la más destructiva de las que pueden afectar a este tipo de cultivo, causando debilitamiento y muerte de los árboles en pocos años.

Fotografía: Felipe Siverio (Instituto Canario de Investigaciones Agrarias).