A lo largo del pasado verano y otoño, se ha detectado un incremento de la incidencia del acaro rojo oriental, Eutetranychus orientalis. El ácaro rojo oriental es una plaga de reciente introducción en la península ibérica. Fue detectada por primera vez en Málaga en el año 2001. A lo largo de estos años se ha ido extendiendo por las zonas citrícolas de Andalucía y de Alicante, y ya en este pasado verano-otoño, se han detectado ataques en parcelas de naranjos de la comarca de la Safor (Valencia)
A lo largo del pasado verano y otoño, se ha detectado un incremento de la incidencia del acaro rojo oriental, Eutetranychus orientalis. El ácaro rojo oriental es una plaga de reciente introducción en la península ibérica. Fue detectada por primera vez en Málaga en el año 2001. A lo largo de estos años se ha ido extendiendo por las zonas citrícolas de Andalucía y de Alicante, y ya en este pasado verano-otoño, se han detectado ataques en parcelas de naranjos de la comarca de la Safor (Valencia).

Identificación
El ácaro rojo oriental Eutetranychus orientalis es una plaga de reciente introducción en la península ibérica. Fue detectada por primera vez en Málaga en el año 2001. A lo largo de estos años se ha ido extendiendo por las zonas citrícolas de Andalucía e incluso se ha detectado en la provincia de Alicante y Valencia.
Los huevos tienen forma de disco aplanado, con bordes redondeados por donde están fijados al sustrato mediante una película de seda. Su coloración varía del hialino brillante, al inicio, pasando a una tonalidad apergaminada al madurar.
Las ninfas presentan un color marrón verdoso que puede variar según su alimentación.
Los hembras adultas tienen un aspecto robusto de coloración entre castaña ? clara y marrón al envejecer. Existe un marcado dimorfismo sexual, ya que el macho es de color anaranjado, de forma triangular y las patas más largas que el cuerpo.

Síntomas y daños
Los daños causados son similares a los producidos por el ácaro rojo. El ácaro se alimenta de la clorofila que contienen la capa de células que hay justo por debajo de la epidérmica. Esto produce un plateado y punteaduras cloróticas en la hoja y frutos. Las decoloraciones en fruto desaparecen cuando se completa el proceso de maduración, ya sea este natural o artificial (desverdizado), aunque se observa un retraso de la maduración en la zona afectada.
Eutetranychus orientalis coloniza principalmente el haz de las hojas, se sitúa alrededor del nervio central, donde se pueden observar los restos de coriones y mudas de color blanquecino. Muestra una clara preferencia por las superficies expuestas al sol, por lo que estas zonas del árbol son las más afectadas.

Para obtener más información sobre esta plaga pulsar en el enlace.