El jurado del Premio Jaime I, en su apartado de Nuevas Tecnologías, decidió el pasado mes de junio, de forma unánime, otorgar el Premio correspondiente a 2004 a D. Luis Navarro Lucas, por su contribución seminal al desarrollo de instrumentos tecnológicos para la mejora de la calidad y cantidad de la producción citrícola. El 85% de los cítricos españoles tienen su origen el Departamento de Protección Vegetal y Biotecnología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) que dirige Luis Navarro, siendo este premio un reconocimiento público a los muchos años de esfuerzo investigadores llevado a cabo.

D. Luis Navarro Lucas, de 57 años, es Doctor Ingeniero Agrónomo y Profesor de Investigación, así como Director del Departamento de Protección Vegetal y Biotecnología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).

En la actualidad, en dicho departamento, trabajan 115 personas de las que 54 corresponden a personal científico. Un premio que anima aún más a todo ese gran equipo a seguir trabajando, entre otras muchas áreas, en la obtención de cítricos que estén libres de virus, viroides, fitoplasmas o bacterias.

Recientemente se han concedido los Premios Jaime I 2004, y el voto unánime del jurado ha sido para usted dentro del apartado de Nuevas Tecnologías. ¿Qué significado tiene para usted este premio?, ¿y qué valoración hace del mismo?.

Este premio supone, ante todo, el reconocimiento del trabajo desarrollado por un equipo muy grande de gente durante muchos años, el cual ha tenido una trascendencia socio-económica muy marcada en España. Lo que se ha valorado a la hora de conceder este premio es que es un trabajo integral que no sólo ha desarrollado nuevas tecnologías, sino que además las ha aplicado y ha demostrado que eran viables. Los beneficios de esa aplicación están en este momento en el campo. Resumiendo, para nosotros, para todo el Departamento, este Premio Jaime I de Nuevas Tecnologías es el reconocimiento de una tecnología, de su aplicación y de los beneficios obtenidos.

¿Qué aspectos ha destacado el Jurado en su contribución al desarrollo de instrumentos tecnológicos para la mejora de la calidad de la producción citrícola?.

En concreto, el premios se ha concedido por el desarrollo de la técnica de microinjertos de ápices caulinares in vitro para conseguir árboles libres de patologías originadas por virus, viroides, fitoplasmas y bacterias. Esta técnica, pionera a nivel mundial, contribuye de forma importante al control de las enfermedades producidas por estos patógenos, que era el principal factor limitante de la citricultura en la mayoría de los países productores. En estos momentos, todas las variedades que hay están sanas, se pueden cultivar y las enfermedades ya no son un problema. Cuando empezamos el programa de saneamiento, las enfermedades transmisibles por injerto eran el problema número uno de la citricultura española. Ese problema hoy está resuelto.

Entonces, resuelto ese grave problema, ¿cuál es el problema que debe de afrontar actualmente la citricultura?

Bueno, problemas hay muchos, pero quizá uno de ellos, aunque dispongamos en España de las mejores variedades de cítricos existentes en el mundo, sea el que necesitemos nuevas variedades. En estos momentos, con todo el tema de la globalización, frutas similares de diferentes orígenes pueden estar en los mercados al mismo tiempo. Además, aunque nosotros nos creemos que nuestras variedades son las mejores del mundo, también hay fruta de otros países con mucha calidad. A todo eso hay que añadirle un factor esencia, los costes de producción de nuestros cítricos, que no pueden competir con los costes de otros países que son mucha más bajos.

¿Cómo se puede compaginar esos costes de producción que tenemos con el mantenimiento de nuestra capacidad exportadora?.

La única forma de compaginarlo es con tecnología. España tiene la necesidad imperiosa de competir con tecnología que esté dirigida a disminuir los costes de producción y a incrementar la calidad del producto final. Nosotros vendemos en mercados con un poder adquisitivo muy alto, por lo que si somos capaces de obtener productos de más calidad, éstos se van a pagar más caros. Y si al mismo tiempo podemos disminuir los costes de producción nuestra capacidad competitiva se va a mantener. En este contexto, queda claro que la mejora genética es fundamental. Tenemos que crear nuevas variedades que además de incrementar la calidad sean más productivas, con lo cual, automáticamente, disminuyen los costes de producción.

Los proyectos que se llevan a cabo dentro de su departamento, ¿tienen un carácter claramente multidisciplinar en todas las áreas de investigación?.

Nuestro departamento es de Protección Vegetal y Biotecnología. Un departamento en el que se integran tanto los aspectos clásicos de Protección Vegetal como es la entomología, virología o micología, con otros aspectos de Biotecnología. Por otro lado, una parte de los aspectos biotecnológicos están relacionados con la mejora genética y otros con el propio diagnóstico de enfermedades y el estudio de las mismas. Y todo esto, Protección Vegetal clásica y Biotecnología se integran a la perfección en nuestro departamento.

¿Es la transformación genética el mayor logro alcanzado por la Biotecnología.?

Uno de los errores que se produce en los medios de comunicación es identificar Biotecnología exclusivamente con transformación genética. Eso es absolutamente falso. La transformación genética es una de las biotecnologías existentes, pero no la única. El cultivo de tejidos es Biotecnología, la fusión de protoplastos es Biotecnología, los marcadores moleculares son Biotecnología y la transformación genética también. El error es la identificación de la Biotecnología en una única dirección.

Dentro del apartado de mejora genética, y refiriéndonos a los cítricos, ¿qué logros se han obtenido recientemente?

Uno de los problemas más graves que tienen los cítricos españoles es la producción de semillas por polinización y es imprescindible tener nuevas variedades de mandarino tardío que no produzcan semillas en ninguna circunstancia. Ese problema, mediante mejora genética clásica, es prácticamente imposible de resolver. Nosotros hemos logrado plantas triploides, que no producen semillas ni siquiera por polinización cruzada.

¿En que otros temas está trabajando su departamento?

Tenemos un programa de fusión de protoplastos que nos va a permitir tener híbridos asexuales, y estamos investigando cuál es el potencial que tienen. También tenemos otros programa de plantas transgénicas, y en este momento estamos en la fase de investigar sus posibles aplicaciones. Pensamos que a medio y largo plazo va a ser una técnica muy importante. Otra de las líneas de investigación, que es un problema que nos encontramos con la mejora genética, es la falta de conocimientos sobre cuáles son los genes que realmente son responsables de los caracteres agronómicos. Este es un macro proyecto en el que están implicadas muchas instituciones de genómica de cítricos. Con el trabajo que está realizando el Departamento de Protección Vegetal y Biotecnología ha quedado demostrado que las técnicas biotecnológicas tienen un papel central en la mejora de la citricultura de este país.

Otro de los logros de su departamento es la puesta a punto de una nueva técnica de cuarentena in vitro, ¿qué aporta este nuevo sistema frente al tradicional?

Si tu traes una variedad de otro país, también puedes traer nuevas plagas y nuevas enfermedades. Con la cuarentena clásica, tu traes ese material vegetal, lo propagas en un invernadero e inicias todos los ensayos de diagnóstico para comprobar si es portador de alguna plaga o enfermedad. Eso requiere tener una estación de cuarentena en una zona aislada de donde está el cultivo y, al mismo tiempo, personal estable con conocimientos de virología, bacteriología, micología, entomología, etc. Nosotros, lo que hacemos es introducir el material directamente en tubos de ensayo y provocamos que se produzca una brotación de la cual aislamos los ápices caulinares que los microinjertamos in vitro. En el momento que aislamos el ápice, el resto de material se destruye. La ventaja de este sistema es que se puede realizar no en zonas alejadas del cultivo sino en la misma zona, en estaciones experimentales donde los especialistas en todas las materias están disponibles. Y, además, con la ventaja adicional de eliminar los patógenos en la fase inicial de introducción.

Por último, ¿cuáles son los niveles de inversión en investigación en nuestro país?

La sociedad española requiere una inversión en investigación similar a la del contexto en donde estamos ubicados. Eso es esencial. Al igual que los recursos humanos son imprescindibles en investigación. Estamos por debajo de la mitad de la media europea, al mismo nivel que Grecia o Portugal, con una inversión en torno al 0?9 del PIB, mientras que hay países, como Finlandia, que le dedican el 3?4. Por otra parte, en España hay muchos menos investigadores de los que debería haber. En los últimos años se ha realizado una política de formación de personal investigador muy importante, pero esta gente tienen contratos eventuales. Un buen investigador tiene trabajo fijo a partir de los 35 años, hasta entonces es un simple becario con contrato temporal.  

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