Resulta evidente que las condiciones meteorológicas del otoño anterior, tuvieron una influencia decisiva en el nivel de ataque de algunas plagas y enfermedades que se desarrollaron a lo largo del año 2004. El otoño de 2003, particularmente los meses de septiembre y noviembre, fueron ligeramente cálidos, aunque en octubre hizo más frío del habitual. Las lluvias fueron abundantes y permitieron realizar las labores de preparación del suelo y siembra de los cultivos con normalidad.

En 2004, enero fue muy cálido y seco, y en febrero también fueron escasas las precipitaciones. La brotación se vio retrasada por un mes de marzo con temperaturas más bajas de lo normal.

Junio fue un mes extraordinariamente cálido, y ligeramente seco, lo que afectó a la mayoría de los cultivos; sin embargo, en agosto llovió muy por encima de lo normal en casi todo el territorio autonómico, y un septiembre cálido, soleado y con ausencia de precipitaciones favoreció la maduración de la uva.

En el centro no llovió hasta la 2ª quincena de octubre, la vendimia se realizó en general en unas condiciones óptimas obteniendo una cosecha de calidad excepcional.

 

Cereales

La plaga que mas relevancia ha tenido ha sido la Cnephasia pumicana o minadora de los cereales, que ha provocado daños de consideración en las zonas que estaban afectadas y no se trataron. La nefasia es una plaga endémica en algunas zonas de las provincias de Valladolid, Palencia y Burgos y su repercusión ha aumentado en los dos últimos años, haciendo necesario el tratamiento con productos fitosanitarios. Esta práctica se había ido abandonado debido a la baja rentabilidad de los cereales.

Además de las provincias mencionadas, la plaga también afectó en zonas de las provincias de Segovia, la comarca de La Moraña en Ávila y algunos focos en la provincia de Soria.

Otra plaga a destacar ha sido la parpaja (Aelia rostrata) en la zona de Castrojeriz (Burgos), en las comarcas de Sahagún, Esla-Campos y El Páramo (León) y en la provincia de Palencia.

Se han producido ataques de tronchaespigas (Cephus, Calamobius y Trachelus) que han sido graves en la comarca Campos-Pan (Zamora) y moderados en focos de las provincias de Salamanca y Palencia, y zabro (Zabrus tenebrioides) en algunas zonas de las provincias de Burgos, Palencia y Soria.

En cuanto a las enfermedades, en general, no han causado problemas, salvo casos puntuales.

En el cultivo del maíz las plagas y enfermedades han tenido una incidencia normal, destacando en la provincia de Salamanca el aumento de la mosca de los sembrados (Delia platura), que también atacó a otros cultivos de siembra primaveral como la patata.

En relación con este cultivo, se realizó una prospección para la detección del gusano de las raíces (Diabrótica virgífera), colocando 24 trampas para captura de machos, distribuidas en las 11 zonas más sensibles, y no se capturó ningún insecto sospechoso.

En la provincia de Salamanca, y por primera vez en Castilla y León, se ha detectado en maíz ,el hongo Gibberella zeae anamorfo (Fusarium graminearum).

 

Leguminosas y oleaginosas

Los diferentes cultivos se han desarrollado con normalidad. La plaga más observada ha sido el gusano verde (Phytonomus variabilis) en alfalfa y veza. Las enfermedades más frecuentes han sido bacteriosis en guisantes, fusarium en veza, guisantes y judías, y la grasa de las judías.

En girasol no hay que reseñar ninguna plaga ni enfermedad importante. Ha habido algún ataque leve de gusanos grises en la siembra y en algunas zonas, daños en los capítulos de las plantas ocasionados por los pájaros.

 

Remolacha y patatas

Las plagas y enfermedades habituales en el cultivo de remolacha han sido controladas satisfactoriamente, siendo las más frecuentes los gusanos del suelo, pulgones, oidio, cercospora y rizoctonia. En parcelas puntuales se han detectado rizomanía y nematodos.

En cuanto al cultivo de patatas, los problemas generales de este cultivo también se han controlado con normalidad. Cabe destacar la presencia en las siembras primaverales de un intenso ataque de la mosca de los sembrados (Deliaplatura), en la provincia de Salamanca.

Tanto en patata como en remolacha, el patógeno que con más frecuencia se ha detectado en las muestras enviadas al Centro Regional de Diagnóstico, en Aldearrubia (Salamanca), es Rhizoctonia solani.

Las bacteriosis ocasionadaes por Ralstonia solanacearum y Clavibacter michiganensis ssp. sepedonicus han tenido poca incidencia, y se ha detectado algunamuestra positiva de Ralstonia solanacearum, manteniendo una estrictavigilancia en toda la Comunidad.

 

Vid

En general, ha sido un año favorable para este cultivo, con baja incidencia de las plagas y enfermedades comunes, y una cosecha de calidad excepcional en la mayoría de las comarcas.

 

Plagas

La incidencia de la polilla del racimo (Lobesia botrana) ha sido baja, no necesitando ningún tratamiento en muchas zonas; esta campaña se detectó en la zona de Valderas-Gordoncillo (León), aunque no es habitual en la meseta leonesa.

A su vez, la piral (Sparganothis pilleriana) sólo ha afectado a algunos focos y ha aumentado en la D.O. Cigales. Los gusanos grises en esta campaña no han causado daños. El tornillo de las cepas (Xylotrechus arvícola) sigue en aumento en las zonas de la Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro. La plaga con mayor presencia en todas las zonas ha sido la acariosis.

 

Enfermedades

Los ataques de oidio endémicos (Uncinula necator) no han causado daños importantes y, en general, se han controlado. El mildiu (Plasmopara vitícola), ha tenido importancia en la provincia de León con dos fases de ataque en la segunda quincena de junio y finales de julio en los municipios incluidos en la mención vino Tierras de León, excepto en la comarca de Sahagún; en la D.O. El Bierzo también ha estado presente, pero se ha controlado satisfactoriamente. La botritis (Botritys cinerea) ha tenido escasa o nula incidencia, realizándose la mayoría de las vendimias antes de las lluvias de otoño; cabe destacar un fuerte ataque en el mes de agosto en la comarca de El Bierzo. Se han detectado cepas afectadas de eutipiosis y yesca, que van en aumento.

En las nuevas plantaciones se ha detectado la presencia de GFKV (Grapevine Fleck Virus), GLRV-1 (Grapevine Leafroll Virus raza 1), GLRV3 (Grapevine Leafroll Virus raza 3) y GFLV (Grapevine fauleaf virus), así como el complejo de hongos de la enfermedad de Petri.

 

Frutales y olivo

En El Bierzo, comarca donde se da la mayor concentración de frutales de Castilla y León, ha sido normal la incidencia de las plagas y en cuanto a las enfermedades, hay que destacar un descenso de moteado, debido a la primavera con escasas lluvias en esta zona.

En cuanto a la prospección de fuego bacteriano (Erwinia amylovora), en la que se han inspeccionado 23.211 ejemplares, con 1.003 puntos prospectados y 88 itinerarios recorridos, no se ha detectado ningún caso.

Para la detección del virus de la sharka (Plum Pox Virus) en frutales de hueso se tomaron 90 muestras, con resultado negativo.

En castaños, en el valle de Iruelas y El Tiemblo, en la provincia de Avila, han causado problemas los hongos del suelo.

En olivo ha habido ataques moderados de mosca, prays y tuberculosis.

 

Viveros

Tanto los viveros de hortícolas (judía, ajo, tomate, pimiento y pepino), como los de viñedo, plantas ornamentales y fresa son visitados regularmente, enviando muestras al Centro Regional de Diagnóstico de Aldearrubia con objeto de verificar que la ausencia de patógenos de cuarentena o en su caso de calidad. No se ha detectado ningún patógeno de cuarentena de los culivos mencionados.

 

Plagas polífagas

La langosta, en este caso Dociostaurus maroccanus, ha supuesto un problema grave en el noroeste de Salamanca y en la zona de Sayago (Zamora), siendo necesario tratar 148.000 hectáreas. También ha sido necesario tratar en las zonas endémicas de las provincias de Ávila y Zamora.

Las poblaciones de topillos (Microtus y Arvícola) han causado daños importantes en prados y pastizales de montaña en la provincia de León. De Microtus se han producido daños en alfalfares y praderas de Tierra de Campos y cultivos de las provincias de Salamanca y Valladolid.

Por último, han aumentado considerablemente las quejas de los agricultores por los daños ocasionados por conejos.