Sección: Opinión

De una vez por todas, el campo necesita comprensión. Sí, tal como suena, no únicamente dinero para rehacer lo destruido.

Su moral está bajo un témpano de hielo. No se trata de contar con las ayudas económicas que están a la vista. Porque no se aprecia su dedicación, su trabajo a pie de tajo. La agricultura, el trabajo de la gleba de siempre, no tiene la justa correspondencia, y este no es un comentario panfletario, sino la expresión clara de una realidad. Parece como si no tuviera importancia alguna el producir arroz, o frutas, o hortalizas o cualquiera de los otros productos agrícolas que son un regalo para el paladar cuando están en la mesa, pero que nadie valora el sudor que cuesta producirlos, las preocupaciones de cada uno de los que se dedican a tal trabajo, sean los dueños o simplemente trabajadores del campo. Esto lo ha valorado pésimamente Mr. Blair al hablar del "dos por cientos que se lleva el fortunón de las ayudas de la UE". ¿Qué sucedería si de pronto no tuviéramos la agricultura que tenemos en la vieja Europa? Contaríamos con la de las antiguas colonias, puede decirse. Pero, ¿sería la misma, la cuidada y renovada, mejorada por el afán de ese 2%. Y no estoy excluyendo la del resto del mundo, de ese mundo que se debate en el caos del hambre y de las enfermedades, no.

Pero, ¿no será imprescindible, primero, no admitir nada con los que llegan al Poder mediante golpes armados y lo primero es qué piensan es en llenarse los bolsillos o gastar los fondos que otros producen en armas para desatar una guerrilla contra el vecino?

Esto es lo que nadie de la UE, de los EE UU, de Rusia, del Japón ha hecho hasta hoy, sino que en lo primero que han pensado es en su "estratégica situación geográfica", en obtener la primacía de los que tienen petróleo, en adquirir todas producciones de productos básicos, tragando con el hecho de saber que nada, nada, nada llegará al depauperado pueblo sobre el que dominan y ven su estado al pasar con sus Rolls rodeados de los guardias de corps.

En resumen, que son los agricultores de la Unión Europea los que impiden que los productos agrícolas del Tercer Mundo tengan salida en los mercados, cuando la razón esencial es que el nivel de vida de ese mundo produce a niveles de hambre para que los señores de la Guerra de África, la América de habla hispana mal gobernada en general, en detrimento de sus poblaciones, siga igual en su propia situación de pobreza, en beneficio de los que se turnan para mantenerla en condiciones de miseria.

No es esa la razón, tampoco es como lo pintan los que la han puesto ahora en circulación, sino que lo primero e inmediato es dejar de proteger a quienes desde el Poder en las zonas citadas, mantienen sus privilegios en detrimento de sus poblaciones.

Cierto que hay que ayudarlas, pero ¿en beneficio de sus pésimos gobernantes, a favor de las multinacionales, mientras los países más desarrollados buscan y obtienen concesiones para petróleo y materias importantes de los países citados?. ¿Y ello lo han de pagar los agricultores europeos?. Téngase en cuenta que la agricultura española en su conjunto recibe ayudas mínimas de la UE, u así y todo, los agricultores no viven en Jauja.

Búsquese otra forma de ayudar en verdad a la agricultura del Tercer Mundo, no haciendo que la europea, las personas que trabajan y viven de ella, lleguen a una peor situación.

Comprar Revista Phytoma 171 - AGOSTO-SEPTIEMBRE 2005