Una idea que produce un cambio importante en cualquier actividad de la vida, es algo que no tiene precio. Y ello en un mundo que únicamente aprecia aquello que cuesta dinero, olvidando el esfuerzo, la preocupación, la fuerza mental que obliga a buscar un camino nuevo cuando el seguido se ve que no sirve.

En esto descansa la investigación, y de ahí que se deba apreciar aquello que en el lenguaje de hoy se denomina I+D+i, pero que son pocos los que dedican su tiempo y su vida a algo que tan mínimo valor se le concede.

Y, sin embargo, se mueve, es ello lo que en manos y cabeza de unos pocos iluminados, hace avanzar el mundo, aunque más tarde, caiga en las cabezas de quien sólo piensa sacar partido económico de lo que los demás pusieron a punto.

Nos viene a mente tales andaduras al darnos cuenta de que el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ?y hoy ha sido él, mañana será otro punto universitario, y al volver la esquina un tercero-, han puesto en liza que de "de los restos de la poda de los cítricos", pueda conseguirse abonos, precisamente para su propia tierra, así como para el resto de las agriculturas.

Estos son los hechos que valoran hoy en día a una investigación que parece buscar lo contrario; es decir, el modo de destruir, de mejorar las armas, el potenciarse con algo que destruye la vida, y que lo hallan y le dan valor los que visten las batas que vienen a ser "los monos" de esos trabajadores de la ciencia y de la técnica buscada para mejorar la vida de quienes trabajan también.

Son muchos los años de trabajo constante alcanzando la eficacia en distintos aspectos que mejoran la agricultura en su conjunto, faltos en ocasiones de los necesarios fondos que permiten la investigación. Cierto es que muchos se ha adelantado desde aquel embrión que fue la Granja de Burjasot (Valencia), pero los resultados obtenidos son superiores a los fondos destinados.

La cuestión es, sin duda alguna, que se ha conseguido un equipo que en sus propias disciplinas trabajan con un espíritu coordinado, es así como obtiene la eficiencia, cada uno en su especialidad, pero de cara a un objetivo común.

Estamos seguros de que de vivir hoy D. Miguel de Unamuno, no repetiría aquello de que "...inventen ellos", sino que sigan trabajando los que en su afán obtienen resultados.

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