Sección: Arroz
Abstract: El manejo integrado de plagas, al igual que el de malas hierbas o enfermedades, proporciona una serie de estrategias y métodos encaminados a minimizar las pérdidas que ocasionan los enemigos del arroz, con unos costes al agricultor y un impacto medioambiental tan bajos como sean posibles. Los gusanos rojos, los blancos y las tijeretas, antes del ahijado, y la pudenta, durante el llenado y maduración del grano, pueden provocar serios daños.
Con el nombre de pudenta se denominan a las especies Eusarcoris inconspicuus y Eusarcoris perlatus, que atacan con gran intensidad a los arrozales andaluces y extremeños. En las restantes zonas arroceras españolas su presencia no alcanza la consideración de plaga debido, en buena parte, a los efectos colaterales causados por los tratamientos contra Chilo suppressalis.

Descripción y biología

La pudenta es un insecto perteneciente a la familia de los Pentatómidos, incluida en el orden de los Hemípteros (suborden heterópteros). De la misma familia son la chinche del trigo (Aelia rostrata) y la chinche verde de la huerta (Nezara virídula) que esporádicamente se encuentran en el arrozal.

Los adultos de E. inconspicuus miden unos 5 ó 6 mm de longitud y de 3,5 a 4 mm de ancho. E. perlatus es algo más pequeña, de unos 4 ó 5 mm de largo por 3-3,5 de ancho, y mucho menos frecuente.

Tienen forma hexagonal, como de escudo. Recién terminada la muda los adultos son de color rosa pálido, pero al cabo de unas horas expuestos a la luz adquieren su coloración definitiva parda o parda-oscura y solo en algunos ejemplares pardarojiza.

Poseen tres pares de patas. En la parte ventral del adulto y de las ninfas, cerca del segundo par, se encuentran unas glándulas odoríferas que segregan una sustancia maloliente, especialmente cuando se hostiga o aplasta al insecto, que en algunos lugares apodan chinche fétida o hedionda.

Disponen de dos pares de alas desiguales. Las posteriores, más cortas, anchas y totalmente membranosas, están recubiertas por las anteriores, que tienen su mitad basilar o delantera endurecida por quitina y la otra mitad membranosa.

El aparato bucal se ha transformado en un pico o estilete con función perforadora-chupadora.

Es de unos 3 mm de longitud y está provisto de dos finísimos canales, fluyendo por uno la saliva y succionando por el otro los jugos de la planta de los que se alimenta. Cuando no está en uso se encuentra plegado entre las patas. La saliva contiene toxinas y fermentos que ablandan la epidermis de la planta, favoreciendo la penetración del estilete y produciendo un efecto licuante sobre los jugos vegetales.

El dimorfismo sexual es poco acusado aunque la hembra suele ser 1/2 mm mayor que el macho, dando la impresión de ser más alargada. Su abdomen es redondeado mientras que el macho lo tiene truncado, pudiéndose distinguir ambos sexos con ayuda de una lupa.

La hembra realiza escalonadamente sus puestas sobre los órganos aéreos, principalmente las hojas, de las malas hierbas gramíneas y de las plantas de arroz, quedando los huevos unidos normalmente en dos líneas paralelas, con una disposición al tresbolillo. El número de huevos por puesta oscila entre 10 y 50, avivando en 5-7 días. Tienen forma de tonel, de 1 mm de alto por 0,8 mm de diámetro, de color amarillo claro o blanco pajizo aunque adquieren una tonalidad más oscura conforme avanza el período de incubación. En su parte superior termina en una especie de tapadera que se levanta con el empuje de la joven larva al salir.

Antes de llegar a adulto la larva pasa por cinco estados, mudando su piel, forma y coloración.

En los dos últimos estados larvarios el insecto dispone de alas rudimentarias, no funcionales, por lo que se denominan ninfas. Secuencialmente, así pues, existen larvas de primer estado, segundo y tercero (L1, L2 y L3), ninfas N1 y ninfas N2 y finalmente adultos (imagos).

En el quinto estado (N2) el aspecto es muy parecido al del adulto, pudiéndose incluso distinguir los sexos. En esta fase o edad las ninfas se hinchan, ralentizando sus movimientos hasta inmovilizarse para transformarse en adultos. Desde la eclosión del huevo hasta su transformación en adulto, es decir, el paso a través de los cinco estados descritos, transcurren entre 15 y 23 días, dependiendo de la alimentación disponible y de la climatología.

La pudenta es un insecto migratorio. La emigración tiene lugar desde finales de septiembre hasta mediados de noviembre, según los adultos van adquiriendo las reservas necesarias para pasar el letargo invernal, periodo en el que prácticamente no se alimentan. Vuelan con dicho motivo hacia las zonas incultas de los alrededores de los arrozales (se supone que en buena parte se dirigen a Doñana), escondiéndose en las grietas del suelo, debajo de la corteza de los árboles y, sobre todo, en los matorrales, a la espera de la próxima primavera para repetir el ciclo. Los insectos más tardíos o débiles permanecen en las cercanías del arrozal, pereciendo la mayoría.

A finales de abril o primeros de mayo, tras seis meses de letargo o dormición, los adultos salen de sus refugios y buscan las gramíneas de sus alrededores para saciar el hambre, apareándose posteriormente y depositando las puestas sobre las hojas de las plantas próximas a florecer, con el fin de que las larvas encuentren alimento con facilidad.

La pudenta suele tener 4 ó 5 generaciones al año, completándose las 2 primeras sobre gramíneas y ciperáceas silvestres. Posteriormente atacan al arrozal donde suelen tener otras 2 generaciones.

En algunos años puede desarrollarse una quinta generación, también en el arroz, si la primavera es temprana y cálida (lo que adelanta la invasión) y se retrasan los fríos otoñales. Dado que la invasión es escalonada, podemos encontrar simultáneamente huevos, larvas, ninfas y adultos en el interior de la parcela.

Desde junio podemos observar pudentas alimentándose de los granos de malas hierbas, principalmente de grama, colas, rabo de gato y castañuela.

Dichas malas hierbas existen en las cercanías, lindes e incluso en el interior del cultivo, convirtiéndose en focos de infección. Posteriormente la pudenta ataca al arroz, invadiendo primeramente los márgenes (4-5 m de anchura) de las parcelas, especialmente en las que el arroz se encuentra en un estado fenológico más avanzado. Finalmente los adultos penetran en el interior de la tabla.

El adulto es buen nadador, incluso puede resistir cortas inmersiones, pero prefiere no estar lejos de la tierra firme. Evita volar, emprendiendo vuelos cortos sólo si se le acosa, exceptuando lógicamente los vuelos migratorios. En las horas de fuerte calor los insectos se refugian a la sombra de las partes bajas de la planta.

 

Daños

Los daños más importantes los provoca al perforar con su estilete la cascarilla, variando según su estado de maduración del grano. Si el ataque se produce en estado lechoso, los granos cosechados serán deformes y de menor peso. En estado pastoso las deformaciones serán menos perceptibles.

Si ocurre en estado de grano duro o maduro, una vez elaborado aparece la mancha típica de grano picado, pequeña lesión o depresión esférica de 0,2-0,3 mm en la que normalmente se desarrollan hongos saprofitos que originan una coloración amarilla o pardusca, con contorno oscuro, observable a simple vista en los granos descascarados.

Esta infección y coloración se desarrolla más intensamente con alta humedad ambiental.

Aunque este tipo de lesión no afecta a la producción, sí lo hace al rendimiento industrial, disminuyendo el porcentaje de enteros, y, sobre todo, a su estética, sanidad y calidad, obligando a la separación de los granos picados o a apurar su blanqueo durante el proceso de molinería, con el consiguiente incremento de costes y reducción del rendimiento total. Son estos defectos comerciales los perjuicios más importantes provocados por pudenta.

Los daños son causados principalmente por las ninfas N4 y N5 y por los adultos. Las larvas succionan la savia y raramente atacan al grano.

 

Seguimiento y control

Obviamente no es posible realizar tratamiento contra pudenta en sus lugares de hibernación.

En primavera y principios de verano la pudenta invade y se reproduce sobre malas hierbas gramíneas ya granadas que vegetan en las cercanías, canales, lindes, almorrones e incluso en el interior de aquellas parcelas de arroz infectadas de estas malezas. Aunque el arrozal se encuentre todavía en estado de encañado puede convenir realizar un tratamiento contra estas poblaciones de pudenta que rodean al arrozal o incluso aplicar insecticida en parcelas determinadas, muy infectadas de malas hierbas y de estos insectos. Se pretende evitar la multiplicación de la plaga, que de otro modo acabaría atacando en gran número los futuros granos de arroz. Creemos aconsejable esperar a que la densidad de insectos sea elevada a fin de que la aplicación insecticida les cause gran mortandad. Dichos tratamientos de almorrones y cercanías pueden extenderse a amplias zonas o parajes mediante aplicaciones aéreas colectivas, o quedar limitados a áreas más reducidas donde la población de pudenta sobre malas hierbas se controla por medios terrestres, es decir, tractor o mochila. No se dispone de información precisa del umbral de tratamiento de pudenta sobre malas hierbas, aunque estimamos que puede ser de al menos 4 ó 5 veces el recomendado para el control normal o general de este insecto sobre planta de arroz, que se lleva a cabo durante su fase de llenado y maduración.

Es lógico que existan algunas parcelas en estado de grano lechoso mientras que la mayoría de las vecinas aún no han espigado. Aquellas, más adelantadas, están expuestas al ataque de pudenta, que se alimenta del grano, convirtiéndolas en parcelas foco que es conveniente tratar para evitar que la plaga se traslade posteriormente a las tablas vecinas.

El tratamiento de parcelas-foco suele aplicarse a un pequeño número de tablas de arroz, inferior al 10% de las existentes en Las Marismas. Su umbral de tratamiento (Tabla 1), en nuestra opinión, quizás debiera ser algo superior al recomendado para el tratamiento normal o general, ya de por sí conservador, que describimos a continuación.

Cuando el arroz entra en su estado de grano lechoso comienza la etapa más crítica en el control de pudenta. La evolución de la plaga debe seguirse, al menos semanalmente, por si se alcanza el recomendado umbral de tratamiento (3 pudentas en 9 mangazos). El seguimiento termina 10 días antes de la cosecha dada la existencia de un plazo de seguridad entre esta y la aplicación de Triclorfón. Este es el tratamiento usual contra pudenta, que en años propicios para la plaga puede llegar a aplicarse a la mayor parte de la zona arrocera, siendo a veces necesario repetirlo si se sobrepasa nuevamente el umbral. Aunque la pudenta invade la parcela de fuera hacia adentro no se suelen realizar tratamientos de márgenes, sino de toda la tabla, por motivos de seguridad, dada la movilidad del insecto.

El seguimiento de la plaga se debe llevar a cabo separadamente en cada parcela. Frecuentemente, debido a las servidumbres de las aplicaciones aéreas, se tratan comunitariamente todas las parcelas de un paraje o sector, incluso algunas que se encuentran por debajo de su umbral, al encontrarse dispersas entre una amplia mayoría de parcelas tratables. Si dicha minoría en vez de dispersa estuviera agrupada no sería necesario su tratamiento.

En Producción Integrada el producto permitido es Triclorfón, que actúa por contacto e ingestión.

Es aconsejable efectuar los tratamientos por la mañana temprano, cuando las pudentas están más activas y ascienden a las panículas quedando más expuestas al insecticida. Los huevos y las larvas de primera edad, e incluso de segunda, son poco susceptibles al tratamiento, que no debe realizarse cuando representen un alto porcentaje de los insectos capturados por la manga.

Los tratamientos contra rosquilla y pulgón pueden a veces tener efectos colaterales sobre pudenta y disminuir su población.

Uno de los logros de la Producción Integrada es la reducción de la superficie tratada de pudenta, ya que en vez de hacer aplicaciones generales en toda la zona arrocera o en grandes sectores, se localizan en parcelas o áreas determinadas donde la plaga rebasó los umbrales establecidos. El menor uso de pesticidas se extiende a otras plagas, como larvas de quironómidos y rosquilla, así como, en menor grado, a los tratamientos fungicidas y alguicidas.

Además del plazo de seguridad de 15 días recomendado entre las aplicaciones con Propanil y Triclorfón, no hay que olvidar el mencionado y obligado periodo de seguridad entre la aplicación de dicho insecticida y la cosecha.

Entre las medidas indirectas de lucha se encuentra la quema del rastrojo, que debe llevarse a cabo lo antes posible, a fin de eliminar algunos insectos y malas hierbas supervivientes. Aunque no se pueden destruir sus refugios invernales, sí es posible y conveniente eliminar en primavera las malas hierbas gramíneas y ciperáceas de las cercanías y márgenes del arrozal, que les atraen y sirven de alimento y refugio. Los rodales de malezas en el interior de la parcela son también focos de infectación, siendo, por tanto, conveniente su control.

Mediante trampas de luz se pueden capturar adultos de pudenta durante la noche (desde las 21.00 hasta las 8.00) con el fin de conocer sus movimientos y elaborar curvas de vuelo, aunque la utilidad de esta información es actualmente bastante limitada.

Diversas especies de avispillas (microhimenópteros) del género Telenomus parasitan y destruyen los huevos de pudenta, al realizar sus puestas sobre ellos.

Comprar Revista Phytoma 178 - ABRIL 2006