Sección: Opinión

El comercio hortofrutícola internacional está en continúa expansión y transformación debido a que el proceso de globalización comercial a nivel mundial ha obligado a que la actividad empresarial en el capítulo de frutas y hortalizas sea más competitiva y dura año tras año. Como consecuencia de este irreversible proceso, las empresas productoras ? comercializadoras de productos hortofrutícolas han diseñado nuevas estrategias comerciales para estimular los canales de distribución y así conseguir precios más competitivos.

Los nuevos sistemas comerciales han implicado que las relaciones mercantiles entre empresas hortofrutícolas y compradores internacionales se hayan establecido mediante tres parámetros imprescindibles como son: calidad, precio y servicio. Desafortunadamente, la realidad del mercado en numerosas ocasiones marca que las operaciones se lleven a cabo más por precio que por calidad. A esto hay que añadir la feroz competencia, que existe hoy más que nunca por parte de países como es el caso de Turquía, Marruecos o Egipto, que envían sus producciones con una ínfima calidad a los mercados europeos y a unos precios muy bajos, que están consolidándose en determinados mercados centroeuropeos.

Los tiempos han cambiado y el suministrar productos a las cadenas de supermercados se ha convertido en el objetivo número uno de un sector como el hortofrutícola, que está haciendo frente a una serie de exigencias y presiones, que en muchos casos son incompresibles y únicamente responden a los intereses empresarial de grandes "monstruos" del mundo de la distribución.

Frente a aquellos analistas del sector que critican las exigentes relaciones entre la gran distribución y los operadores del sector hortofrutícola, todavía quedan comercializadores que defienden la máxima que dice que a la gran distribución hay que "mimarla especialmente". Francamente, en un negocio con tantos intermediarios y con tanta competencia desleal como es el hortofrutícola, es evidente que a un proveedor como la gran distribución hay que tenerlo contento y satisfecho, pero no "a toda costa". Hay que saber y dar un buen servicio, pero también decir basta a las presiones y exigencias que muchas cadenas quieren imponer a sus suministradores de productos frescos.

Se ha pasado de un sistema de ventas con precios abierto a otros con precios cerrados, pero las estrategias comerciales han ido profesionalizándose cada vez más, y el mejor botón de muestra se puede encontrar en la política de diferenciación de productos que se viene haciendo en toda España a través de las marcas de calidad bien sean Denominaciones de Origen, Denominaciones Específica o Indicaciones Geográficas Protegidas.

 

Cítricos Valencianos

La Comunidad Valenciana ha sido precisamente, una de las regiones españolas, donde la diferenciación se ha realizado de manera eficaz a través de marcas de calidad como es el caso de la Indicación Geográfica Protegida "Cítricos Valencianos".

Ha sido un artículo como el cítrico valencianos, quien mejor ha comprendido la importancia de la diferenciación, y por ello a través de su propio marchamo, está posicionándose cada vez mejor en los mejores circuitos internacionales mediante una filosofía de trabajo bien hecho y en el que la calidad se ha convertido en la mejor carta de presentación. Pero no solamente de calidad viven los cítricos de la Comunidad Valenciana, el moderno y profesional marketing, unido a activas campañas de comunicación en prensa especializadas y a presencia en las mejores ferias hortofrutícolas del mundo, ha permitido que esta marca de calidad se haya ganado el prestigio y la admiración por parte de empresas de todo el mundo.

 

Promoción

La promoción de nuestras frutas y hortalizas es también una línea estratégica que todavía ha sido muy poco explotada por parte de las empresas del sector y de los propios productores. El mejor botón de muestra lo podemos encontrar en la labor que se ha realizado desde las interprofesionales agroalimentarias, aunque también hay firmas como El Dulze, S.L. empresa ubicada en San Javier (Murcia), dedica a la producción y comercialización de cogollos de lechuga, que ha conseguido mediante campañas de anuncios en televisión llegar a los hogares españoles con un mensaje basado en las propiedades nutritivas y dietéticas que tienen estas verduras.

En definitiva, las nuevas estrategias comerciales también requieren de más imaginación, pero es evidente que además de esto hace falta seguir trabajando y esforzándose para que el sector continúe incrementando sus niveles de rentabilidad comercial.

Comprar Revista Phytoma 183 - NOVIEMBRE 2006