No hace tanto que la sociedad comenzó a dar valor a los que se preocupan por mejorar el mundo en sus distintas manifestaciones.

Sucede a la vez que en muchos casos, quizás los más, sea necesario formas equipos que busquen el modo de dar en la diana. Sabido es que Newton lo tuvo más fácil, cuando quizás dormitaba con la cabeza donde le dio el fruto que al despertarle, sentó una base de suma importancia en la vida. Pero no se olvide que a muchas personas pudo caérsele más de un fruto en su testa y no supieron darle la interpretación debida.

Las innovaciones, las mejores, no los son por azar. Esto tal vez caiga en el olvido de las personas normales, pero es lo que los que se preocupan saben interpretar y traducir en hechos que mejoran la vida. Las cabezas pensantes están alertas siempre a cualquier novedad que el común de los mortales no sabemos interpretar y, por lo tanto, digerir en forma y método.

Pocas o muchas cosas admiten interpretación. Y fórmulas sin cuento siguen ahí beneficiando a todos que, en un principio, nadie pensó. Conocemos algunas que tienen ya años y años, y que siguen beneficiando a todos los mortales.

Sin ir más lejos, ahí tenemos la "Aspirina", a la que hasta hace un tiempo corto en el correr de la vida y la Historia, no existía otra que permitiera mejorar el estado a lo que responden ambos específicos. Igual sucede en todas las disciplinas de la vida. Y todas ellas tienen su inicio en las preocupaciones de los estudiosas que, en silencia y sin alharacas, estudian y estudian con poco descanso, y obtienen mejoras en las condiciones de vida de sus semejantes.

Porque el ejemplo de Newton se ha venido multiplicando en otros campos.

Viene esto a cuento de esa noticia de que la Unión Europea estima la posibilidad de prohibir un porcentaje substancial de las materias activas que se usan en la sanidad de los cultivos. Tenemos ya un ejemplo de cambio. Quizás donde mayores cantidades de los citados productos fitosanitarios se emplean es en la producción agrícola bajo plástico. Pero ante la posibilidad de que ello impidiera seguir en dicha especialidad, se ha empezado a generalizar el uso de unos "bichitos" que realizan un trabajo esencial, a saber, a su debido tiempo los sueltan en el cultivo y ellos acaban con los residuos tras ejercer su acción específica.

Cierto es que la vigilancia ejercida por los que producen los citados fitosanitarios, así como por las Leyes de defensa, son importantes y drásticas.

Pero, ¿valdrá el sistema a campo abierto, tendrá el mismo efecto?. Quizá haya quien este ocupándose de encontrar la fórmula. Porque pensar, estudiar y crear es cosa de muchos ya.

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