Los grupos de trabajo del Servicio de Sanidad Vegetal, han contribuido y contribuyen, a la tecnificación del campo, a la formación de asociaciones agrarias como las cooperativas y de una parte de la administración agraria.

Han aportado, y siguen aportando, elementos necesarios para conseguir una agricultura más limpia, con menos residuos peligrosos y más compatible con el medio ambiente.

Las ATRIAs y ADVs. han contribuido y contribuyen (actualmente junto con las APIs) a que el reto de una agricultura más limpia se haga "una realidad".

 

Para comprender mejor la aportación de los Grupos de Trabajo del Servicio de Sanidad Vegetal (GT en adelante) hay que situarse en los años anteriores a su creación, esto es, al principio de los años sesenta.

El principal cometido del antiguo Servicio de Plagas (posteriormente Servicio de Defensa contra Plagas y hoy, de Sanidad Vegetal), en aquella época, eran las campañas subvencionadas contra las plagas más importantes en las que se les suministraban productos fitosanitarios subvencionados a los agricultores a través de las Hermandades de Labradores y Ganaderos. El número de técnicos de las Jefaturas Agronómicas era escaso y su nivel de especialización o de conocimientos de las plagas era muy bajo, además, excepto en contadas ocasiones, no se conocía la biología de las plagas y mucho menos la de los insectos auxiliares. En el campo, se hacían los tratamientos de "calendario", es decir, por época o fenología, pero no por momentos sensibles de las plagas, ni por su nivel de ataque.

Como anécdota, que refleja esta situación, se hacia una campaña contra ácaros y trips de los cítricos en una determinada zona y, posteriormente, se comprobó que no había ni ácaros ni trips fitófagos, solo ácaros depredadores.

Los ensayos de los productos los hacían los técnicos de las empresas de fitosanitarios y también eran los que aconsejaban a los agricultores.

En 1969, se reunieron en el Valle del Ebro, un grupo de técnicos del Servicio de Plagas para discutir sobre los problemas que les causaban las plagas en los frutales de pepita. Esta reunión iba a ser el embrión de los futuros GT (en esta época ya funcionaba en Lérida la primera Estación de Avisos). En esas primeras reuniones, totalmente voluntaristas, se presentaban los problemas de plagas que preocupaban, se intercambiaban conocimientos, se discutían protocolos y se planificaban acciones conjuntas. A partir de aquí y en una sucesión bastante rápida se crearon Estaciones de Avisos y Grupos de Trabajo en otras zonas y otros cultivos: olivo, vid, cítricos,...

Esta etapa fue muy creativa, quizás porque eran los primeros escalones de una escalera sin fin y se partía casi de cero. Era una época muy dura, ya que no se contaba con material bibliográfico -se inició con la suscripción del Phytoma francés- no se conocían idiomas y se tenía muy poco contacto con otros países (Francia por algunos componentes). Los grupos de trabajo estudiaron, para cada zona, los momentos más sensibles de cada plaga; en unos casos se adaptaron para cada zona los estudios realizados por el INIA u otros centros de investigación pero en otros muchos casos se tuvieron que iniciar ya que no había datos previos. Estos momentos eran difundidos, cada año, por la Estaciones de Avisos a los agricultores (Los técnicos de los GT coincidían en la mayoría de los casos con los responsables de las Estaciones de Avisos).

Los GT realizaban ensayos de comparación de productos, para ver cuáles eran los más eficaces (se empezaban a discutir protocolos comunes y a realizar los primeros análisis estadísticos).

A medida que iba transcurriendo el tiempo surgían nuevos retos, y por tanto nuevos estudios: medir poblaciones para determinar daños y umbrales de tratamientos, buscar productos con otros criterios de selección (menos residuos, menos contaminantes, que respetaran a los insectos auxiliares).

Fruto de estos estudios fueros sus aportaciones a la Lucha Integrada y su contribución a la formación de las primeras ATRIAS, que se fundaron en 1979: de frutales en Aragón y de algodón en Andalucía*.

En las ATRIAS-ADV surgían nuevos retos: nuevas plagas: moscas blancas, trips, ácaros,...; nuevos productos: piretroides, feromonas, reguladores de crecimiento,...; nuevos sistemas de control: lucha biológica, trampeo masivo, confusión,...; resistencias a insecticidas: en heliotis, mosca blanca, Frankliniella,... que necesitaban estudiarse, poner a punto nuevas estrategias y esta labor se abordaba y se aborda por los grupos de trabajo dentro de Sanidad Vegetal.

Estas aportaciones se mejoraron cuando parte de los componentes de los GT pasaron a ser asesores y representantes técnicos de España en otros grupos de trabajo internacionales como la OILB y la OEPP (representaciones que terminaron cuando estas personas pasaron a depender de las Autonomías).

Los GT tuvieron su mejor época al principio de los años 70, después, con el paso a las Autonomías, sufrieron un deterioro, en primer lugar por dejar de ser el Servicio de Plagas un Organismo Autónomo y por lo tanto, dejar de ser seleccionados sus técnicos por sus conocimientos de plagas. A partir de ese momento cualquier técnico de la administración, aunque no tuviese conocimientos de Sanidad Vegetal, podía acceder a cualquier puesto relacionado con Sanidad Vegetal (Todas las Sanidades, debido a su complejidad, tienen sus profesionales específicos, menos la vegetal**). En segundo lugar "las ayudas", "obligaron" a las administraciones agrarias a centrar sus esfuerzos en su gestión, con el deterioro de las funciones más técnicas como son las que corresponden a las que realizan los GT.

Las ATRIAS -ADV, contribuyeron, y contribuyen, a mejorar la toma de decisiones con respecto a las plagas: menos tratamientos, mas eficaces, menos residuos, menos contaminación,... pero principalmente a favorecer las asociaciones y sobre todo a reconocer la labor del técnico en el campo y aumentar el nivel de tecnificación en general de la agricultura (actualmente la mayoría de las cooperativas tienen por lo menos a un técnico de apoyo). En el algodón, por ejemplo, se llegó a reducir más del 30% el número de aplicaciones pero además con menos mezclas y con productos más selectivos.

Además las ATRIAS-ADV aportan unos datos muy valiosos a las Estaciones de Avisos haciendo su labor mucho más certera.

Poco a poco, los técnicos de las ATRIAS-ADV se van haciendo no sólo especialistas en plagas sino que además asesoran en otros aspectos del cultivo como fertilización, riego,... en primer lugar, porque estos medios de producción también influyen en las poblaciones de plagas y en segundo, porque esos otros medios también pueden provocar efectos no deseables como son la erosión, la contaminación de las aguas, etc.

Lo que nos lleva a la Producción Integrada (APIs) tan necesaria hoy para afrontar los retos que nuestra sociedad nos exige: menos residuos, y menos contaminación.

 

En resumen

En los últimos 60 años la Sanidad Vegetal, en nuestro país, ha evolucionado extraordinariamente y en esta evolución ha sido una pieza fundamental la labor de los Grupos de Trabajo.

Si queremos seguir contribuyendo a resolver los nuevos retos que la sociedad nos plantea en la lucha contra las plagas con menos residuos y más compatible con el medio ambiente, es necesaria su continuidad, pero con más esfuerzo de las administraciones correspondientes que deberán apoyar su formación, su especialización y su dedicación.

Las ATRIAS - ADVs, y ahora también las APIS, contribuyen de una forma muy notable a la tecnificación del campo y a llevar a cabo lo que la sociedad nos exige, es decir una agricultura más limpia.

Comprar Revista Phytoma 200 - JUNIO/JULIO 2008