El tiempo, en su desenfrenada marcha, ha dado la razón al pueblo de Nules, en su obstinada reacción a aquellos arbolitos que haciendo aparecer una mandarina sin nombre, era distinta de las demás, y a la que nada le hacia producir debidamente, mejorar sus medidas, pero que al romperle la piel y gustarla, aún pequeña, era mejor que las del resto.

Se echó mano de todo lo conocido para tratar de mejorar su producción, así como también sus medidas, pues pecaban de pequeñas. Pero todo, o casi todo, fracasó. Hasta que llego el momento que intervino el estudio, a través de los organismos que nacieron en la Universidad. Y al paso del tiempo se hizo la luz. Así, ya entonces, se le dio el nombre con el que ahora se le ha reconocido al parecer "la clementina de Nules, conocida como Clemenules", al ser entre todas las restantes de su género, como la mejor por su cantidad de vitamina C, debido en parte por el color anaranjado de su zumo, registrándolo en el Food Science Tecnology International, al haber participado últimamente la Universidad Católica y la Universidad Miguel Hernández, de Murcia y Alicante, respectivamente, tras analizar las siguientes variedades: Clemenpons, Clemenules, Ellendale, Hernandina, Marisol, Nova, Orogrande, Ortanique y otras, señalando, además, uno de los autores del estudio, que las dos de las menos apropiadas para la producción normal de zumo, son la Nova y la Hernandina. También la variedad Ortanique parece tener un más alto nivel de aceites esenciales, pudiendo interferir en la calidad del zumo. El resto son apropiadas para la producción industrial de zumo, aunque las mejores son las Clemenules.

Es nuestro país el segundo productor de mandarinas, pero hay que significar que es el primero en tonelaje de las mandarinas/clementinas de calidad.

Esto también ha sido demostrado por la Doctora Codoñer, profesora asimismo de la Universidad de Medicina, en su ensayo en su lugar de trabajo, la Clínica Hospital Peset de Valencia, en un trabajo con niños de corta edad para combatir los resfriados.

Esto es lo más reciente que se ha producido, pero hay que citar que también el elenco de estudiantes de la citricultura, tomaron parte al inicio de la aparición de la clementina de Nules, para hacerla de un cierto calibre o tamaño, así como a la vez aumentar la propia producción del árbol. En ello, tomaron parte muchos científicos y técnicos de la recién creada IVIA, así como también los del IATA, gracias a lo cual la calidad de la Clemenules es la superior que conocemos, añadiendo a su calidad la facilidad de pelado, tema importante en citricultura.

Esta declaración es esencial, teniendo en cuenta que se trata de algo natural que lo confiere la propia Naturaleza, dado que no es todos los ambientes se da este hecho, o sea, no basta plantar árboles de dicha categoría para que al crecer tengan per se, las condiciones de su categoría y calidad, porque es el ambiente el que se lo ha dado. Esto no supone que el resto no son válidas como frutas, pero la Clemenules es la mejor. 

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