El concepto de Gestión Integrada de Plagas (GIP) tiene una larga historia y no nació de la nada como a menudo se dice. El punto de partida de la GIP se remonta a los primeros años 50 del siglo pasado cuando se hicieron patentes los primeros fracasos de los plaguicidas sintéticos. Ya en 1959 se estableció el primer grupo de trabajo internacional de GIP, el llamado "GIP en Plantaciones Frutales" bajo los auspicios de la Organización Internacional de Control Biológico e Integrado (IOBC-OILB). El motor principal del lanzamiento de ese grupo de trabajo fue la resistencia a los plaguicidas en insectos y ácaros pocos años después de que empezaran a usarse los plaguicidas en esos cultivos.