Eun país en el que están transferidas a las Comunidades Autónomas (CC. AA.) las competencias y responsabilidades en educación, no es extraño que también lo estén las de sanidad humana, veterinaria y vegetal. Esta situación no favorece en absoluto el control de enfermedades ni de vectores de las mismas al ser su diseminación independiente e insensible frente a fronteras internacionales y mucho más frente a mugas y decisiones locales. La experiencia internacional sobre emergencias fitosanitarias relacionadas con patógenos dispersados naturalmente por vectores, prueba claramente que acciones y estrategias rápidas, amplias y completas son el elemento clave para controlar la dispersión de una enfermedad y garantizar el éxito de su control y contención.

La reciente detección de la bacteria Xylella fastidiosa, subespecie fastidiosa, en un pequeño centro de jardinería (garden center) de Porto Cristo en Manacor (Mallorca), ha disparado todas las alarmas, por ser la primera de este organismo de cuarentena en España. Si hay que felicitar al laboratorio de diagnóstico y detección de Mallorca por su profesionalidad, también hay que animar a los responsables de Sanidad Vegetal del Govern de les Illes Balears (Gobierno de las Islas Baleares) a no ceder ante las presiones de empresarios y asociaciones locales que públicamenre opinan que no se debe exagerar en la aplicación de las medidas previstas en la normativa europea (Decisión de Ejecución (UE) 2015/789 de la Comisión de 18 de mayo de 2015 y sus enmiendas).