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La lucha biológica se encuentra seriamente amenazada por el calentamiento climático. Las variaciones en las condiciones abióticas, previstas en los modelos de cambio climático, pueden alterar las interacciones tróficas que ocurren entre las especies que habitan en los sistemas agrícolas. Es imprescindible, por tanto, entender el comportamiento de las comunidades agrícolas a medida que cambian las condiciones abióticas, mediante estudios que identifiquen los cambios en la estructura trófica de dichas comunidades. Ello permitirá el desarrollo de medidas que contribuyan a paliar las consecuencias del cambio climático en las estrategias de control biológico de plagas. En el presente trabajo se muestra cómo variaciones en la temperatura y la humedad relativa modifican la estructura trófica de la comunidad de ácaros que habita en el agro-ecosistema del aguacate, y cómo estos cambios en la estructura, a su vez, influyen en el control biológico del ácaro cristalino Oligonychus perseae.

INTRODUCCIÓN

El Quinto Informe de Evaluación (IE5) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) expone que en el último siglo se ha producido un aumento de la temperatura global de la superficie de la Tierra (IPCC, 2014). Este informe también sostiene que los fenómenos meteorológicos y climáticos cada vez se predicen más erráticos, con un aumento en la intensidad, duración y número de períodos de temperaturas extremas, así como de episodios de precipitación y sequía severos. Estos cambios en el clima introducen incertidumbres en el futuro del sector agrícola, y además pueden obstaculizar el mantenimiento y la expansión de la agricultura basada en prácticas respetuosas con el medio ambiente, tal como el control biológico de plagas. Esto es porque la mayoría de las plagas y los enemigos naturales que las controlan son artrópodos y, debido a que son organismos ectotermos, muchos parámetros relacionados con su eficiencia biológica (p.ej. supervivencia, reproducción, longevidad), y con las interacciones bióticas que establecen con otros organismos (p.ej. tasa de depredación, habilidad competitiva), son dependientes del clima (Beveridge y col., 2010; Gilman y col., 2010). Así, el cambio en las condiciones abióticas predicho en los modelos de cambio climático puede influir en las interacciones entre las especies que habitan los sistemas agrícolas y modificar así su estructura. Sumado a esto, como consecuencia del incremento de las temperaturas probablemente se ampliará la distribución geográfica de especies limitadas por la tolerancia al frío, fomentando la invasión y establecimiento de especies plagas no autóctonas (Cannon, 1998; Thomson y col., 2010). Es por ello que el cambio climático podría poner en riesgo la implementación de prácticas de control biológico de plagas, lo que podría conducir a un aumento en el uso de insecticidas, con las repercusiones negativas que ello tendría tanto en la calidad de las cosechas como a nivel medioambiental. Esto plantea la necesidad de evaluar cómo cambios en las condiciones abióticas pueden alterar las interacciones que existen entre las especies que forman las comunidades agrícolas, valorando las consecuencias que esto tendría para el mantenimiento de una agricultura sostenible. De esta forma se podrían mejorar las predicciones y reducir el fracaso en la lucha biológica.