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La prevención y el control del deterioro patológico de los frutos de pepita exigen un abordaje integrado, desde el cultivo frutal en campo, la técnica de cosecha y la conservación. Actualmente, para los principales patógenos de frutos de pepita hay soluciones fungicidas eficaces, pero su utilización es ahora mucho más técnica que en otros tiempos y la presión del mercado sobre el número y cantidad de residuos es cada vez más exigente. La mayoría de las enfermedades post-cosecha tienen su origen en el campo y penetra en los frutos por heridas. La sanidad del cultivo, los cuidados de cosecha y una técnica de conservación con enfriamiento rápido, conservación refrigerada con baja fluctuaciones de temperatura y, si fuera necesario, atmósfera controlada para mantener la integridad de los frutos, son indispensables para la prevención de pérdidas. Los tratamientos químicos siguen siendo importantes en campo y en post-recolección en las frutas convencionales, pero la presión del mercado sobre los residuos será cada vez más intensa. El control de las enfermedades de post-recolección debe tener en cuenta toda la cadena, incluida la fase de ‘último kilómetro’ para el consumidor final.

Comprar Revista 292 OCTUBRE 2017