En el siglo XVIII, un español necesitaba trabajar diez días para comprarse una camisa y si quería ponerse una capa en el invierno debía trabajar cincuenta días. Esos son solo dos ejemplos del enorme sacrificio que las personas tenían que realizar para adquirir dos prendas de vestir. Ahora, casi nadie es consciente de la facilidad que tenemos los ciudadanos del mundo desarrollado para adquirir una gran cantidad de útiles o para disfrutar de servicios de transporte, ocio, salud, etc.
En el siglo XVIII, un español necesitaba trabajar diez días para comprarse una camisa y si quería ponerse una capa en el invierno debía trabajar cincuenta días.
Esos son solo dos ejemplos del enorme sacrificio que las personas tenían que realizar para adquirir dos prendas de vestir. Ahora, casi nadie es consciente de la facilidad que tenemos los ciudadanos del mundo desarrollado para adquirir una gran cantidad de útiles o para disfrutar de servicios de transporte, ocio, salud, etc. –Decía Schopenhauer que el concepto que tenemos de la salud o la riqueza es negativo, es decir, que solo poseemos conciencia de ellas cuando las perdemos–. A esa falta de conciencia de la sociedad del bienestar habría que añadir el desconocimiento de los autores de esas mejoras.
Es muy probable que si preguntamos a una persona con formación universitaria y enferma de diabetes que nos diga quién fue el doctor Richard Macleod, seguro que no podrá decirnos ni una sola palabra de este científico descubridor de la insulina, gracias al cual los diabéticos pueden tener una vida normal, y por cuyas investigaciones recibió el Nobel de Medicina en 1923. Pero si a esa misma persona le preguntamos por Claudia Schiffer, Messi o Fernando Alonso, seguro que podrá contarnos algunos ‘marujeos’ de la actriz, el futbolista o el corredor de automóviles, consecuencia de la constante información que recibimos por los medios de comunicación, más interesados en vender obviedades, escándalos y noticias insustanciales, que en informar sobre cuestiones importantes de verdad o emitir programas culturales.