Ni prohibición, como pedían sus detractores, ni renovación por quince años, como demandaban los agricultores y la industria. Finalmente, la Comisión Europea renovó la licencia del glifosato hasta 2022, después de la opinión favorable del los expertos del Comité de Apelación y a pesar de la propuesta del Parlamento Europeo de prohibirlo totalmente en cinco años. España fue uno de los 18 países que votó a favor.

Ni prohibición, como pedían sus detractores, ni renovación por quince años, como demandaban los agricultores y la industria. Finalmente, la Comisión Europea renovó la licencia del glifosato hasta 2022, después de la opinión favorable del los expertos del Comité de Apelación y a pesar de la propuesta del Parlamento Europeo de prohibirlo totalmente en cinco años. España fue uno de los 18 países que votó a favor.

Desde que, en marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a las OMS, clasificara a un número de productos fitosanitarios, entre ellos el glifosato, en el Grupo 2A como ‘probable’ cancerígeno, se ha generado una alarma social y un fuerte rechazo por parte de colectivos ecologistas. Los defensores de la materia activa responden a esta clasificación con los numerosos informes favorables a su renovación emitidos por, entre otros organismos, las autoridades alemanas, la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA), la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), el grupo de JMPR, compuesto por expertos en evaluación de residuos para alimentación y medio ambiente (integrado por la FAO y la OMS) o el Comité de Evaluación del Cáncer de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

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