El uso de micorrizas arbusculares en agricultura está cada vez más extendido. Los beneficios son numerosos, tanto desde el punto de vista nutricional como de tolerancia a estreses abióticos (sequía, frío o altas temperaturas). Por otra parte, los hongos del género Trichoderma se han usado también como facilitadores de determinados nutrientes, así como agentes de biocontrol de enfermedades producidas por hongos de suelo. En un ensayo llevado a cabo en pimiento en la localidad de El Ejido (Almería) se muestra que la inoculación conjunta de dos particulares cepas de micorriza arbuscular BEG72 y Trichoderma TK7 pueden aumentar la producción y calidad de los frutos con una mayor cantidad de compuestos de interés nutraceútico.

Atens fue fundada hace 25 años, en 1994, con el objetivo de desarrollar y producir micorriza a escala industrial para una agricultura sostenible. Esta larga experiencia hace de Atens uno de los primeros actores en el mercado de microorganismos, y le ha permitido posicionarse hoy como un referente a nivel de conocimiento sobre el funcionamiento de las micorrizas y otros microorganismos en usos agrícolas, ofreciendo soluciones de calidad, sostenibles y efectivas para afrontar los desafíos de la agricultura actual.

Hoy en día, Atens se erige como una empresa referente y pionera en la producción de micorrizas in vivo y Trichoderma en medio sólido mediante biorreactor, jugando un rol protagonista en las nuevas tendencias de sostenibilidad y agricultura Residuo 0, y liderando la categoría mediante una pasión por la investigación continua y una política de inversión en tecnología e innovación incansable, que involucra, por ejemplo, el uso de tecnología farmacéutica en sus métodos de producción.

El conocimiento científico que tenemos de los microorganismos del suelo, especialmente de aquellos que interactúan con las plantas, ha alcanzado una madurez que trasciende a los centros de investigación básica. Esta comprensión se traduce en una mejor aplicación en nuestros campos en condiciones de interacción con los factores ambientales.

Desde Atens y su laboratorio de I+D, Next Generation Agronomics (NGALab), estudiamos precisamente los organismos más pequeños del planeta, bacterias y hongos, que representan un gran reservorio de biodiversidad en suelos. Intervienen en los ciclos biogeoquímicos que sostienen la vida y pueden controlar la salud de las plantas. En línea con lo mencionado anteriormente nuestro objetivo a largo plazo es ampliar la comprensión de la diversidad genética y metabólica de microorganismos y plantas y explorar ésta para aplicaciones biotecnológicas. Para ello, en NGALab hemos desarrollado una plataforma multiómica que nos permita generar el conocimiento científico necesario para aplicarlo en beneficio de una mayor productividad.

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