El oídio o ceniza (Uncinula necator = Erysiphe necator) es la enfermedad con carácter endémico que mayor importancia tiene en la viña en Tenerife. En viticultura ecológica, la utilización de azufre es la práctica habitual para controlar esta enfermedad, siendo un método eficaz y económico, pero con una serie de inconvenientes. Se evaluaron seis productos: Laminarin 4,5% (kayak), Ampelomyces quisqualis 58% (AQ-10), Carbonato de hidrógeno de potasio 65% (Armicarb), aceite de naranja 6% (PREVAM), COS-OGA 1,25% (Fytosave) y azufre 80% (Sufrevit). Se realizaron cuatro aplicaciones de forma preventiva en los estados fenológicos de mayor sensibilidad a la enfermedad y se evaluó el porcentaje de superficie afectada en hojas y racimos, y la presencia y ausencia de síntomas en sarmientos. Los porcentajes de eficacia de todos los productos sobre hojas fueron bajos (igual o inferiores al 30%) obteniendo los mayores valores Sufrevit (30%), seguido de PREVAM (24,2%) y de Fytosave (22,2%), sin diferencias significativas.

En racimos, dichos porcentajes superaron a los obtenidos en hojas, alcanzando un 59,35% en PREVAM, seguido de Armicarb (41,8%) y Sufrevit (30,4%) sin diferencias significativas. Estos resultados demuestran que, en la actualidad, existen productos fitosanitarios alternativos al azufre con autorización para oídio en viña con eficacias similares al azufre en el control de esta enfermedad.

El oídio o ceniza es la enfermedad con carácter endémico que mayor importancia tiene en la viña en Tenerife. Su presencia es habitual todos los años con mayor incidencia en el norte de la isla y puede producir daños considerables, según las condiciones meteorológicas que se produzcan y las medidas de control que ejerzan los agricultores. En viticultura ecológica, la utilización de azufre es la práctica habitual para controlar esta enfermedad, siendo un método eficaz y económico, pero no exento de controversia. A pesar de que en la actualidad no existen restricciones al uso de azufre, sí que existen comercializadoras que limitan su uso y pudiera ser que en un futuro se vea limitado. Asimismo, la utilización de azufre tiene una serie de inconvenientes como son las afecciones para el aplicador, derivas en su aplicación si existen mínimas condiciones de viento, fitotoxicidad cuando la temperatura y humedad son elevadas, posibles efectos adversos para la fauna auxiliar y posibilidad de influir en el proceso de elaboración del vino y en sus características organolépticas.

En el Real Decreto 1311/2012, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios se establece que la gestión de plagas se realizará mediante la aplicación de prácticas con bajo consumo de productos fitosanitarios, dando prioridad, cuando sea posible, a los métodos no químicos, de manera que los asesores y usuarios opten por las prácticas y los productos con menores riesgos para la salud humana y el medio ambiente, de entre todos los disponibles para tratar una misma plaga.

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