Se ha llevado a cabo la evaluación a lo largo de un año de la presencia de algunos de los herbicidas más utilizados durante la última década (incluidos algunos de sus productos de degradación) en 23 muestras de aguas naturales (superficiales y subterráneas) en zonas de viñedos dentro de la región Rioja Oriental (D.O.CaRioja), mediante un método multirresiduo basado en la extracción en fase sólida y cromatografía líquida de alta resolución acoplada a un detector de espectrometría de masas (SPE-HPLC-MS). Los herbicidas terbutilazina, su producto de degradación hidroxiterbutilazina y el fluometuron fueron los compuestos detectados mayoritariamente en los tres periodos de muestreo. Se detectaron concentraciones individuales superiores a 0,1 µg L-1 para dos de los herbicidas analizados en el mes de enero. Solamente en una de las muestras analizadas se detectaron más de tres herbicidas en cada uno de los periodos de muestreo. Respecto a los datos registrados para las muestras de agua durante 2011, se observó una disminución considerable tanto del número de compuestos detectados. Reducción que puede estar asociada a un uso más racional y sostenible de los herbicidas por parte de los agricultores.


La necesidad de garantizar el desarrollo sostenible, ha provocado que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobara en 2015 la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, en la cual se establecieron 17 objetivos que buscan mejorar la calidad de vida en diferentes ámbitos.
En relación con la agricultura están los objetivos ‘Hambre cero’ y el de ‘Agua limpia y saneamiento’. La relación entre ellos se fundamenta en que durante el desarrollo de las prácticas agrícolas, se hace necesario el uso de agentes químicos como plaguicidas, los cuales permiten proteger a los cultivos, pero que a su vez pueden migrar hacia compartimentos ambientales como el suelo y el agua, tanto superficial como subterránea, provocando su contaminación (se estima que 99,9% de los plaguicidas usados en cultivos ingresan al medio ambiente) (Pose y col., 2015).
El uso de plaguicidas está generalizado. Durante 2016, el consumo medio mundial de este tipo de productos fue de 2,68 kg ha-1 de tierra cultivada (FAOSTAT, 2019). En la Unión Europea, durante 2017 se comercializaron 362.626 Tm de productos fitosanitarios, siendo España el país con el porcentaje más alto de ventas (72.118 Tm), seguido por Francia, Italia y Alemania (Ministerio para la Transición Ecológica, 2019) (MAPAMA, 2019). En la economía española, la agricultura es de gran importancia y existen comunidades autónomas con sistemas agrarios intensivos y tecnificados que permiten cumplir con las metas de producción, pero que también consumen los volúmenes más altos de plaguicidas, como son Canarias (69,1 kg ha-1), la región de Murcia (33,8 kg ha-1), la Comunidad Valenciana (27,3 kg ha-1) y La Rioja (23,4 kg ha-1) (Ministerio para la Transición Ecológica, 2018).
La D.O. Ca Rioja tiene una superficie de 65.001 ha de viñedo y una producción de 229 Tm de uva y 336 millones de litros de vino en 2018 (Consejo Regulador D.O. Ca Rioja, 2019). Estos datos avalan la importancia económica, social, cultural y medioambiental del sector vitivinícola en La Rioja. A su vez, esta viticultura requiere la aplicación de grandes cantidades de plaguicidas. Estos hechos convierten a la D.O Ca Rioja en un área de interés para evaluar la presencia de plaguicidas en aguas superficiales y subterráneas. Un estudio previo llevado a cabo en 2011 puso de manifiesto que los herbicidas fueron los compuestos detectados en concentraciones más elevadas (Herrero-Hernández y col., 2013), por lo que se decidió evaluar el estado actual de algunas de las muestras que presentaron una mayor contaminación y ver su evolución a lo largo de un ciclo de cultivo.

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