La importancia de la producción de alimentos se ha puesto de relieve en los últimos tiempos por su papel esencial para la sociedad. Al mismo tiempo, la necesidad de una transición hacia modelos de producción y consumo más sostenibles en todos los sectores ha adquirido un carácter de urgencia ante los retos del cambio climático: calentamiento global, eventos extremos, pérdida de biodiversidad....

En este contexto, la industria fitosanitaria juega un papel fundamental por su firme apuesta por la ciencia y las tecnologías para apoyar una agricultura- y en particular la protección de los cultivos- más sostenible sin perder su capacidad productiva de alimentos sanos y asequibles. En Syngenta, como compañía líder en el sector, las palancas del cambio hacia una mayor sostenibilidad se enfocan en tres áreas:
Acelerar la investigación para obtener productos fitosanitarios (químicos, biológicos, biotecnológicos ) cada vez más seguros para la salud humana y el medio ambiente, así como las nuevas tecnologías que faciliten la optimización de su uso, dentro de una gestión integradora de todas las soluciones que contribuyen a la salud de las plantas: bioestimulantes, variedades resistentes, control biológico…
Desarrollar e impulsar prácticas de agricultura regenerativa para la protección de la biodiversidad, la salud de los suelos y el agua y la contribución a la reducción de la huella de carbono
Apoyar al agricultor en el cambio, mediante la formación y transferencia de conocimiento, proporcionando los servicios necesarios y utilizando las nuevas tecnologías digitales que nos acercan a los verdaderos protagonistas de la sostenibilidad de la agricultura.


El intercambio de conocimiento, la integración de tecnologías y el trabajo conjunto con productores, instituciones y compañías es fundamental para desarrollar modelos de agricultura sostenibles que den respuesta a las necesidades de alimentación y protección del medio ambiente de toda la sociedad.

La agricultura actual se enfrenta a grandes retos. Por un lado, la escasez de alimentos como consecuencia del cambio climático, los conflictos, la pandemia de COVID, está provocando el aumento del hambre en el mundo. Los precios de los alimentos alcanzan máximos históricos y la seguridad alimentaria no ha estado nunca tan presente en los debates públicos. Por otro lado, para hacer frente a los problemas medioambientales globales (calentamiento global, pérdida de biodiversidad, contaminación…), todos los sectores productivos tienen que moverse hacia modelos de producción más sostenibles: la agricultura, especialmente expuesta a dichas amenazas, no es una excepción.
Además, la agricultura es una sólida actividad económica. España es líder en exportación de frutas y hortalizas a nivel mundial. La agricultura española representa casi el 3% del PIB y, el conjunto del sistema agroalimentario se sitúa en torno al 11%. España es el segundo país de la UE en términos de superficie agraria y ocupa el segundo puesto en términos de producción, con 25.357 millones de euros en 2017, un 13% de la producción europea.

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