Los fenómenos meteorológicos y sus consecuencias -calor, frío, sequía, etc.- son responsables de los procesos de estrés que experimentan las plantas; estos pueden derivar en oxidaciones y alteraciones osmóticas en su organismo. En ambos casos, se producen graves daños celulares que causan problemas en el desarrollo y crecimiento de la planta, provocando una dis¬minución del rendimiento productivo del cultivo. Como estrategia complementaria a la nutrición y a la protección de las plantas, Quantis® presenta una acción bioestimulante a base de metabolitos secundarios y subproductos de la fermentación de levaduras que permite al cultivo acti¬var su máximo potencial de defensa en situaciones de estrés abiótico. Su composición es la siguiente: carbono orgánico (15%), que incluye ácidos orgánicos y azúcares y compuestos orgánicos; aminoácidos (2%), incluidos los aminoácidos libres (0,5%); y macronutrientes como potasio y calcio (8,9%).

Los fenómenos meteorológicos y climáticos como las temperaturas bajas o altas, la sequía, las heladas, los daños por granizo, las inundaciones o la salinidad, pueden tener efectos negativos sobre el metabolismo de las plantas. Son responsables del denominado estrés primario y provocan una serie de señales en la planta que acaban derivando en procesos de oxidación y pérdidas de hidratación, lo que se conoce como estés secundario.
Estos procesos de oxidación y alteración osmótica causan daños y colapsos celulares que desencadenan los problemas de crecimiento y desarrollo que pueden llegar a mermar de manera importante la producción.
El estrés oxidativo se da cuando el estrés primario provoca que las mitocondrias, cloroplastos, retículos endoplasmáticos y apoplastos generan oxígenos reactivos (ROS) que tratan de combinarse y, en ese proceso, oxidan las partes vitales de la célula, haciendo que muera por envejecimiento prematuro.
En el estrés osmótico, el estrés primario provoca que la célula pierde agua y, en consecuencia, turgencia. En cierto punto, se anula también la capacidad reguladora de la vacuola. Esto causa hipertonía en la solución celular, que se puede convertir en tóxica y poner en peligro su vida. En el caso particular de los estomas, cuando la vacuola pierde turgencia aquellos se cierran. Los efectos son aquí más devastadores para la planta, pues se detiene el intercambio gaseoso y se paraliza la fotosíntesis.
Para hacer frente al estrés secundario, la planta ejecuta de manera natural diversos mecanismos. El estrés oxidativo y el osmótico activan los genes relativos a la protección vegetal involucrados en la osmoprotección, la detoxificación y la fotosíntesis (transcriptómica de genes). De esta manera, la planta comienza a producir metabolitos secundarios para la protección de nucleótidos, proteínas, membranas celulares y antioxidantes y osmoprotectores.

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