La Unidad de Entomología del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA ha puesto en marcha un proyecto de investigación cuyo objetivo principal es aumentar el conocimiento sobre el trips de las orquídeas (Chaetanaphothrips orchidii) y poner freno a los daños que produce.

Enmarcado dentro del programa ‘Control biológico de insectos plaga y de vectores asociados a la transmisión de enfermedades de los cultivos de la CV. Puesta a punto de programas GIP en cultivos hortícolas y frutales’, aprobado por el Consejo Rector para 2018, y con cofinanciación FEDER, este proyecto se centrará en el estudio de la bioecología de Chaetanaphothrips orchidii en cítricos de la Comunidad Valenciana; la puesta a punto de métodos de muestreo; el establecimiento de los umbrales de intervención; los métodos de control químico; el aumento de la biodiversidad funcional e infraestructuras ecológicas para la mejora en la gestión de C. orchidii; y la búsqueda y selección de agentes de control biológico eficaces. Recientemente se ha realizado la primera prospección de varios campos seleccionados que se prospectarán durante toda la campaña. En este proyecto se ha buscado la colaboración directa con el sector, y son ya varios los productores que colaborarán en esta investigación.

A finales de 2016, se detectó este polifago en la Comunidad Valenciana, en varias parcelas de Albátera, Cox y Orihuela (Alicante), causando algunos daños en hojas y frutos, y en las últimos meses se ha detectado un incremento de daños causados por el trips de la orquídea en el sur de la provincia de Valencia.

También conocido como trips del bronceado de los cítricos, se puede reconocer porque la hembra presenta un tamaño que oscila entre 0,8 y 1,5 mm de longitud, es de color amarillo pálido y presenta unas bandas oscuras en el primer par de alas. La hembra realiza la puesta insertando los huevos en la epidermis de las hojas y los frutos. Las larvas se desarrollan alimentándose de los frutos, mientras que los estados de prepupa y pupa se desarrollan en el suelo.

Es una especie muy polífaga, capaz de desarrollarse en numerosas especies tanto cultivadas como silvestres. Aunque pueden verse afectadas todas las especies de cítricos, ataca principalmente a las Nável, Valencia y algunas variedades de pomelo. Los daños se producen a causa de la alimentación de las ninfas y adultos. Se producen principalmente en las zonas de contacto entre naranjas o en aquellos frutos que se encuentran en contacto directo con las hojas. Prefiere hábitats húmedos, por lo que sus ataques son más intensos en las zonas más bajas del árbol.

Los daños se presentan como manchas bronceadas más o menos redondeadas en las zonas donde se ha producido la alimentación, normalmente las zonas de contacto entre frutas, que va adquiriendo una tonalidad más oscura conforme se avanza en el desarrollo del fruto. Se encuentra presente en el cultivo durante todo el año, aunque las poblaciones más numerosas se dan de mayo a octubre.