El lanzamiento de dos nuevas Guías de Gestión Integrada de Plagas en usos no agrarios, la de Redes y Servicios de Zonas Industriales y la de Parques y Jardines, protagonizó la V Jornada Técnica de Infraestructura, que se celebró durante la última edición de Iberflora.

Ángel Martín, jefe de servicio del área de uso sostenible de productos fitosanitarios de la Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, además de coordinador de la Guía de Gestión Integrada de Plagas en Parques y Jardines, explicó la gestación de la misma, una tarea de seis años en la que han colaborado grupos de expertos “para partir de la experiencia acumulada”. Uno de ellos fue Jordi Giné, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de Cataluña, que reclamó que tras dar “un gran paso con el Real Decreto 1311/2012, ahora se dado un gran paso con la Guía y habrá que dar otro paso mejorando el real decreto”.

Para Teresa Pilán, gerente del Colegio Oficial de Inegenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC), “se trata de una herramienta apara resolver dudas y carencias que nos hemos encontrado en el área de la jardinería pública, sobre todo en municipios pequeños”, mientras que Ana Pérez, de la Comisión de Sanidad Vegetal de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos, destacó que la Guía supone “un pilar muy importante para avanzar en el conocimiento de la Gestión Integrada de Plagas”.

Martín reconoció la dificultad de sacar adelante el documento, que se encuentra en fase de maquetación y está previsto que salga publicado a finales de este año o principios de 2020, “por la heterogeneidad de los parques y jardines públicos” en España. Y por la gran cantidad de plagas y enfermedades existentes, entre las que destacan el picudo rojo de la palmera (Rhynchophorus ferrugineus), la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), la oruga del Boj (Cydalima perspectalis) y la galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola). “La Guía pretende poner negro sobre blanco las cuestiones que funcionan”, concluyó Martín, que admitió que “ante determinados problemas, no existen soluciones más allá de los fitosanitarios”.

José María Cobos, subdirector general de Sanidad Vegetal y Forestal, presentó la Guía GIP en Redes y Servicios de Zonas Industriales, que calificó de “hito” por abordar por primera vez este ámbito de actuación, que incluye desde carreteras, líneas ferroviarias y aeropuertos hasta subestaciones eléctricas, gasoductos, refinerías y áreas industriales.

Como expuso Fernando Enríquez, de Matinsa, en estas áreas se debe controlar la vegetación para “evitar el deterioro de las infraestructuras, garantizar la seguridad del tráfico y reducir el riesgo de provocar incendios”. Enríquez repasó los problemas más graves de malas hierbas en infraestructuras, como Dittrichia viscosa y Conyza, resistentes a herbicidas, y Cortaderia selloana, especie invasora.

Para Miguel Soriano, de Aserpyma, se trata de una Guía “que baja al detalle de lo que hay que hacer en cada caso”. Para su elaboración se ha analizado la normativa de declaración de zonas de alto riesgo en incendios en las diecisiete Comunidades Autónomas, que ha servido de base para determinar los umbrales de intervención. “Estamos obligados a llevar a cabo estas actuaciones; la no intervención no es una opción”, subrayó Soriano.

En estos ámbitos ajenos a la agricultura, el propósito de ambas Guías no sólo tiene que ver con la protección de espacios naturales y ecosistemas, sino tambíen con la garantía de la seguridad ciudadana y la protección de bienes.