Agroseguro estima daños en más de 200.000 hectáreas de viñedo este año, lo que supone el 50% de la superficie asegurada. La actual campaña registra siniestros fundamentalmente por helada, pedrisco y sequía en viñedos de secano, y las previsiones de indemnizaciones superan los 92 millones de euros.

Agroseguro ya ha comenzado las evaluaciones definitivas de los daños sufridos por el viñedo en las zonas de producción más temprana, como Extremadura, Aragón o Cataluña, así como los varietales blancos tempranos de otras zonas. Aunque por el momento se han recibido partes de siniestros correspondientes a casi 175.000 hectáreas, se estima que se van a superar las 200.000, lo que representa la mitad de la superficie asegurada de uva de vino para la cosecha 2024. A lo largo de las próximas semanas, más de 250 técnicos valorarán el impacto de los diferentes siniestros registrados en 2024.

Durante los meses de abril y mayo, se produjeron heladas que provocaron daños en casi 68.000 hectáreas, principalmente en Castilla-La Mancha y Castilla y León, aunque también en otras zonas productoras como La Rioja, Cataluña, País Vasco, Aragón y Navarra.

Las tormentas de pedrisco comenzaron en abril y desde entonces no han cesado. Hasta el momento, se han reclamado daños en más de 49.000 hectáreas aseguradas, repartidas de forma generalizada por prácticamente todas las zonas productoras, pero especialmente en La Rioja, Cataluña, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra. Los episodios más intensos fueron los ocurridos en junio, aunque las tormentas de los meses de julio y mayo también fueron severas.

Además, tras sufrir la peor sequía generalizada de la historia en 2023, este año se acusan las consecuencias de la falta de precipitaciones y los golpes de calor, con daños en casi 33.000 hectáreas de viñedo de secano, fundamentalmente en Aragón, Cataluña, Extremadura, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.

La inestabilidad atmosférica ha provocado la aparición de la poco habitual marchitez fisiológica, que ha causado siniestros en más de 6.200 hectáreas de la variedad bobal, la más sensible a este riesgo, muy presente en Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.