Un estudio del grupo de Control Biológico del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) en Almería y Málaga, junto con la Unidad de Entomología del Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Almería, ha identificado por primera vez a la avispilla Opius inflammatus como parasitoide natural del minador de la hoja, Liriomyza bryoniae, plaga responsable de crecientes daños en cultivos hortícolas protegidos de Almería.

Este trabajo, que ha contado con la colaboración del Laboratorio de Entomología y Control de Plagas del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València, ha sido publicado en el Boletín de la Asociación Española de Entomología.

Esta pequeña mosca es conocida como minador o submarino por los daños que provocan sus larvas al excavar galerías en las hojas. Desde 2019, los especialistas han constatado daños cada vez más graves en cultivos hortícolas de invernadero, especialmente en producción ecológica, atribuidos a este minador de hojas del género Liiomyza.

En el trabajo científico recién publicado, los investigadores han identificado a la especie L. bryonia como la principal plaga causante de dichos daños y han registrado por primera vez la presencia de O. inflammatus como su parasitoide asociado; es el más abundante de todas las especies encontradas, con un 28% de parasitismo. Este estudio supone una ampliación del complejo de parasitoides descritos para Liriomyza, y aporta información sobre potenciales agentes de control biológico.

Hasta la fecha no se conocían hospedadores de O. inflammatus, por lo que esta identificación amplía el rango de distribución conocido de la especie en el Mediterráneo occidental y suma un nuevo agente al complejo de parasitoides que contribuyen al control biológico natural de Liriomyza spp. en sistemas hortícolas protegidos.

Desde 2019, los especialistas han constatado daños cada vez más graves en cultivos hortícolas de invernadero, especialmente en producción ecológica, atribuidos a Liriomyza bryoniae

Las hojas de las plantas parasitadas por estos dípteros muestran, generalmente por el haz, un ligero punteado debido a las picaduras de los adultos. No obstante, el principal síntoma de la presencia de estos parásitos es la existencia de hojas con unas galerías o minas producidas en el espesor de la hoja y debidas a la alimentación de las larvas, que realizan ahí su desarrollo. Las galerías se necrosan, y si son muchas o la hoja es joven, esta se seca, por lo que en semilleros y plantas jóvenes los daños pueden ser muy importantes. Algunos autores relacionan la aparición de enfermedades de origen fúngico con el desarrollo del parasitismo de estas moscas.

Estos insectos invernan en estado de pupa, aunque en zonas cálidas y en cultivos protegidos permanecen todo el año activos, pasando de un cultivo a otro y pudiendo ser el semillero su principal fuente de dispersión. Su desarrollo está muy ligado a la temperatura: aunque pueden vivir entre 9 ºC y 40ºC, realmente se observa una exaltación de su vitalidad entre 25ºC y 30ºC. Por esta razón, los máximos niveles poblacionales se aprecian en verano y principios de otoño en cultivos al aire libre, mientras que en cultivos protegidos este periodo se alarga desde principios de primavera hasta mediados de otoño.

La investigación se enmarca en el proyecto del IFAPA “Plagas emergentes y re-emergentes en la horticultura protegida”, desarrollado en el centro de La Mojonera (Almería) y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

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