La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha alertado en Bruselas sobre el aumento de las “importaciones de plagas de terceros países” y el deficiente control en frontera. Lo hizo el responsable de frutas y hortalizas, Andrés Góngora, durante su intervención en el Grupo de Expertos de Tomate de la UE.

“Es contradictorio, no tenemos las mismas armas para producir, pero luego en la UE importamos productos que sí las usan y además se permite la entrada de plagas que aquí no tenemos y que no podemos abordar con facilidad.             Es vital un exhaustivo control en frontera de las frutas y hortalizas y del material vegetal importado y la exigencia de los mismos estándares de producción en todas las producciones agrarias que entren al territorio comunitario”, subrayó Góngora.

Como ejemplo, el representante de COAG expuso el caso de la Tuta absoluta en tomate, introducida en el territorio europeo por la entrada de material vegetal infectado desde Sudamérica en la campaña 2006-2007 y que aún sigue causando estragos en las producciones de invernadero del sureste español. “De media, combatir esta plaga supone un coste de más de 2.000 euros por campaña para cada agricultor. Requiere un enfoque global porque ningún método es suficiente por sí solo. Una mezcla de medidas culturales (colocación de mallas y doble puerta en invernaderos, solarización y parada biológica y gestión de restos vegetales del cultivo), con medidas de lucha biológica. Como en otros tantos casos de plagas importadas, que no tenemos aquí, los tratamientos químicos no son eficaces porque no hay materias activas en el mercado para atajarlas”, declaró Góngora.