El Consejo Sectorial de Cereales de Cooperativas Agro-alimentarias de España ha realizado una primera estimación de la cosecha de cereales de 17,6 millones de toneladas, lo que supone un 29,6% menos respecto a la pasada campaña y un 28,5% menos respecto a la media de los cuatro últimos años. La caída de la producción se debe al estrés que han sufrido los cereales a lo largo de todo su ciclo vegetativo, debido principalmente a la falta de lluvia y al calor de mayo y junio.

Por cultivos, en trigo blando se alcanzarán los 5,05 millones de toneladas; en cebada, 6,6 millones; en maíz, 3,5 millones; en trigo duro, 674.402 toneladas; en avena, 839.526; en centeno, 227.629; y triticale y otros, 625.946. Los gráficos demuestran que la tendencia de la producción en España es creciente y que cuando hay una caída los picos son cada vez más altos. Cooperativas Agro-alimentarias señala que la cosecha corta no cubre las necesidades de consumo, lo que supone un gran reto para el sector cerealista español, que necesitará complementar la producción nacional con importaciones para abastecer las necesidades de la importante cabaña ganadera nacional.

Según los datos proporcionados en la Comisión Provincial de Estadística agraria reunida en el Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, en la provincia de León la cosecha de cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno y triticale) se reducirá de forma considerable a pesar de haber aumentado la superficie de cultivo. Con previsión de revisión a la baja cuando haya datos más fiables de cosecha, se estima una producción de 324.987 toneladas, lo que supone un 11% menos que el año anterior. Si solo se tienen en cuenta las siembras en secano, los rendimientos se reducen el 31% respecto a 2021. La pérdida de cosecha se debe a la sequía que ha sufrido el cultivo a lo largo de todo su ciclo, pero sobre todo a las dos olas de calor  sin precedentes para la época del año, y a la falta de precipitaciones, salvo alguna tormenta aislada, desde primeros de mayo hasta mediados de junio.

En Navarra, el equipo técnico de Asesoramiento Agrícola de INTIA ha analizado el efecto que las altas temperaturas podrían tener en los distintos cultivos en función de las zonas agroclimáticas de Navarra. Según datos registrados en la  estación meteorológica de Pamplona, con valores medios de ese mes, ha sido el segundo mes de mayo más caluroso en los 130 años de registros, y el que ha registrado las mayores temperaturas máximas. “Desde el punto de vista agrícola, estamos ante el segundo mes de mayo más seco registrado en la estación. Todo esto en un mes en el que se acaba de generar gran parte de la producción de los cultivos extensivos de invierno (Cereal, colza, guisante, habas,), por lo que es esperable una pérdida de potencial productivo considerable”, asegura Jesús Goñi, coordinador de Experimentación de INTIA.

En cereal, INTIA prevé una merma importante en la Ribera Alta y Baja, sobre todo en los cereales de secano, que “tenían buen aspecto gracias a las lluvias de marzo y abril”. En Tierra Estella, “inicialmente venía una cosecha muy buena con expectativas positivas, tanto en la zona más seca como en la húmeda, pero con el contratiempo meteorológico de mayo, en cebadas el grano se está quedado sumido y en trigo, el daño puede ser mayor puesto que el calor ha propiciado un cambio muy rápido de color, al igual que ha ocurrido con la avena”. El calor fuerte ha adelantado mucho el ciclo, pero INTIA apunta que “habrá que esperar a la cosecha para obtener conclusiones claras”.

La bajada de producción es también más que previsible en la zona media de Navarra. La cebada, que lleva el ciclo más adelantado, sufrirá menos que el trigo. El peso específico y el potencial productivo serán más bajos de lo habitual y sin posibilidad de recuperación en ambos casos. Por último, en la baja montaña de Navarra, las cebadas presentan un grano con escaso desarrollo y un peso específico bajo, aunque su rendimiento puede ser bueno. “Los trigos pueden dar un resultado mejor del que aparentan en este momento, porque hay una buena fertilidad de espiga, aunque todo indicaría que el grano podría ser de pequeño tamaño. La avena suele tener un crecimiento importante en esta época, no habiendo sucedido en esta campaña”, detalla el equipo técnico de Asesoramiento Agrícola de INTIA.