Cerca de trecientas personas asistieron a la entrega de la X edición de los Premios Fundación para la Promoción de la Ingeniería Agronómica, que concede el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante. José Guillem (Premio a la Excelencia Profesional), los Premios Rei Jaume I (Premio a la Iniciativa y Desarrollo), el proyecto Vertido Cero (Premio Innovación) y Laura Coll (Premio a la Excelencia Novel) recogieron sus respectivos galardones.

“Somos una población cada vez más numerosa, más aglutinada y que va perdiendo paulatinamente la conexión y la conciencia con el origen de lo que come”, afirmó el decano del COIAL, Joaquim Aguilella, en la presentación del acto. “Es imprescindible que nuestras estructuras e infraestructuras productivas evolucionen para poder adaptarse a las condiciones de la demanda de alimentos. Cada vez seremos más pobres y más dependientes de terceros. Y además generaremos un problema ambiental que será mayor cuantos más terrenos de cultivo sean abandonados: una explotación abandonada es un peligro ambiental y supone la expulsión del territorio de sus moradores, de quienes lo custodian y nos ceden gratuitamente un paisaje y una cultura”, añadió.

Aguilella reivindica la capacidad de los ingenieros agrónomos para revertir este tipo de situaciones. Y puso el ejemplo del Premio Innovación, concedido al Proyecto Vertido Cero que se está poniendo en marcha en Alicante: “Como ingenieros de biosistemas, somos capaces de convertir un problema en una solución, tal como plantea la innovación premiada: conseguir que todas las aguas depuradas de la ciudad de Alicante se reutilicen para generar alimentos y paisaje con un balance de masa y energía cercano a cero”. Este proyecto permite convertir a la agricultura “en el principal y más eficiente filtro verde con el que vamos a contar: gracias a los regantes de la provincia se van a evitar vertidos a la bahía de Alicante”.

Este tipo de proyectos, que combinan conocimiento y tecnología, no serían posibles sin la búsqueda de la excelencia, que es el objetivo de los Premios Rei Jaume I, también reconocidos en esta edición en la categoría Iniciativa y Desarrollo. Según el decano del COIAL, “nuestra profesión y los ámbitos en los que desarrollamos nuestra actividad son los que más van a cambiar en los próximos años. O nos adaptamos, o morimos”. Y el mejor camino para adaptarse es “buscar, permitir y recompensar la excelencia, tal como hacen los Premios Rei Jaume I desde hace 35 años, que convierten a Valencia en el epicentro del conocimiento y la ciencia y cincelan la tan ansiada cultura de colaboración entre el mundo científico, el tecnológico y el empresarial”.

Nuestras estructuras e infraestructuras productivas han de evolucionar para adaptarse a las nuevas condiciones de demanda de alimentos

Aguilella expresó su preocupación “por el papel cada vez más irrelevante que juega Europa en el gran tablero mundial de la investigación y la escasa capacidad de adaptar sus legislaciones a los avances científicos. EE UU y varios países asiáticos están a la vanguardia en este ámbito, y Europa debe de intentar por todos los medios competir con ellos”.

Otro de los ejes de la alocución de Aguilella fue la reivindicación “de la clave humana en la actividad profesional, y más para nosotros, ingenieros agrónomos, que tenemos como objetivo más noble el de alimentar a la humanidad”. Y lo hizo personalizando en la figura de José Vicente Guillem, Premio Excelencia Profesional, a quien definió como “alguien capaz de escapar de los esquemas preestablecidos, generando nuevos marcos técnicos y conceptuales”, porque Guillem ha sido el máximo exponente del sistema de diferenciación de la calidad y un referente para el sector vitivinícola. “Siempre ha trabajado para conseguir un sistema alimentario viable y un suministro seguro, además de una diferenciación del producto en origen, lo que permite crear valor desde el territorio”.

Eso es precisamente lo que ha conseguido Laura Coll Ferragut, la egresada de la UIB que firma el mejor TFM del ámbito geográfico del COIAL, lo que la ha hecho acreedora del Premio a la Excelencia Novel. Laura propone la creación de una industria de producción de crema de almendra en Llucmajor (Illes Balears). Aguilella destacó que este proyecto se centra “en crear valor desde el territorio, promoviendo la sostenibilidad, la eficiencia y el aprovechamiento de los recursos locales en una isla marcada por la presión urbanística y turística”.