La incidencia del fuego bacteriano (Erwynia Amilovora) en las plantaciones de peral de la Comarca de Calatayud (Zaragoza) está provocando la desaparición de este cultivo tradicional en la zona. Según los datos de superficie productiva declarada en la PAC, en los últimos seis años se han perdido 330 hectáreas de perales, lo que supone una reducción del 42% de superficie.
La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, denuncia que los fruticultores se han quedado sin el apoyo de la administración para afrontar los gastos que supone arrancar los árboles afectados y volver a plantar, y que cifra en 5.793 euros por hectárea. A esa cuantía, hay que añadir la pérdida de ingresos que dejan de percibir los fruticultores al mermar su producción como consecuencia de tener que cortar ramas de los perales dañados o directamente de arrancar esos árboles. En función de la incidencia del fuego bacteriano, las pérdidas pueden oscilar desde los 7.890 hasta los 31.560 euros por hectárea, lo que supone unas pérdidas globales de entre 9.338 y los 37.355 euros por hectárea, según un informe de UAGA-COAG.
Para “salvar a las explotaciones familiares y mantener el tejido productivo en la Comarca de Calatayud”, la organización agraria reclama al Departamento de Agricultura aragonés el establecimiento de ayudas directas con tres líneas de actuación principales: arranque y reposición de plantaciones afectadas, compensación de pérdidas de renta por afecciones parciales o totales, y la subvención de métodos de lucha para evitar su propagación, corte de material vegetal y su eliminación, así como tratamientos químicos eficaces.
También pide la dotación de medios para realizar ensayos de productos y medidas de control a través de la Red de Vigilancia Fitosanitaria, y la recopilación de experiencias de manejo y de tratamientos químicos y biológicos en otras zonas productivas.
En los últimos seis años han desaparecido 330 hectáreas de peral en la comarca aragonesa, según UAGA-COAG
En el año 2000 se detectó la primera parcela afectada por fuego bacteriano en el municipio de Épila (Zaragoza), y hasta 2003 fueron apareciendo otras en la zona, pero las tareas de erradicación parecieron surtir efecto. En junio de 2011 aparecieron varios focos en Calatayud: primero se detectó en Villalengua, y posteriormente en otros municipios de la comarca, aunque en algunas de esas parcelas ya se llevaban meses cortando ramas afectadas sin haberlo comunicado al Centro de Sanidad y Certificación Vegetal, por lo que el momento de la aparición de los primeros síntomas pudo producirse un poco antes. A partir de ese momento, la enfermedad viene produciendo daños importantes en las plantaciones de peral y, en menor medida, de manzano. Las variedades conferencia, blanquilla y ercolini son las más perjudicadas por E. Amilovora.
El peral, un cultivo históricamente muy importante en la Comarca de Calatayud por su buena respuesta frente a daños por heladas primaverales, ha ido perdiendo superficie y por tanto peso en las producciones de frutales. Solo en las últimas seis campañas, desde 2019 a 2024, ha perdido más de un 40% de la superficie cultivada (datos obtenidos de la PAC). Sin embargo, los últimos datos corresponden a la PAC 2024, antes de que se produjese un repunte importante que ha llevado al arranque de numerosas parcelas, por lo que es previsible que dicha superficie disminuya significativamente en la PAC 2025.