El Observatorio de Plagas y Enfermedades del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) ha informado de la detección del gusano verde o gorgojo de la alfalfa (Hypera postica Gyllenhal), un coleóptero curculiónido cuyas larvas provocan defoliaciones en el cultivo.

Esta plaga pasa el invierno en forma de adulto, entre las grietas del suelo, y al final del invierno, en el mes de marzo, recobra su actividad. Las hembras fecundadas depositan los huevos en los brotes, que sirven de alimento y protección a las larvas recién nacidas. Cuando éstas completan su desarrollo, se transforman en pupa dentro de un capullo blanco y esférico que se puede apreciar adherido a la vegetación. Al final de primavera, ya se ven los primeros adultos del año, adultos que permanecen como tales hasta la campaña siguiente.

Las larvas de H. postica son las causantes de los principales daños, que se suelen concentrar en el tercio superior de la planta. Las parcelas con ataque fuerte presentan un aspecto blanquecino, por los daños en el parénquima foliar y el secado de la parte aérea. El primer corte suele ser el más perjudicado.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León recomienda a los agricultores, “en previsión de que los condicionantes ambientales resulten favorables para su evolución”, la vigilancia de las parcelas. Como las larvas son difíciles de visualizar, especialmente en su primer estadio, ocultas en las yemas, aconseja el uso de la manga entomológica para monitorizar su aparición (barridos de 180º, al menos cinco barridos por hectárea).

Además, conviene llevar a cabo una serie de medidas preventivas, como adelantar la siega si se detectan daños. En parada invernal, se debe realizar el corte lo más bajo posible y facilitar el pastoreo por ganado en el alfalfar, para reducir el mayor número de huevos posible.

Las larvas de H. postica son las causantes de los principales daños, que se suelen concentrar en el tercio superior de la planta

La consejería también recomienda favorecer el control biológico natural, tanto parasitoides de larvas como depredadores, priorizando las medidas culturales al control químico. El umbral de tratamiento con fitosanitarios se determina en función de la altura de la alfalfa: en menos de 15 cm, cuando se observen daños apicales en al menos el 25% de las plantas; entre 15 y 60 cm, si se capturan veinte larvas por mangueo; y si la planta supera los 60 cm, es preferible adelantar el corte a los tratamientos.

Un estudio de la Universitat de Lleida y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), publicado en Phytoma en 2022, reveló que el corte invernal provoca la eliminación de huevos y larvas de H. postica y reduce sus poblaciones de una manera significativa. Gracias a este método cultural, la afectación de la plaga al primer corte del cultivo fue menor.

El principal periodo de puesta de H. postica comprende de mediados de octubre a mediados de febrero. Durante esta época, una buena cantidad de huevos y algunas larvas pueden sobrevivir hasta completar su desarrollo en primavera, por lo que su eliminación debería suponer una reducción drástica de la población y un menor riesgo de daño para el primer corte de la alfalfa en la primavera siguiente.

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