El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha puesto en marcha el proyecto MORIAkiwi para optimizar el control integrado del síndrome del decaimiento del kiwi, grave enfermedad que ha mermado la producción en Italia y en 2020 se detectó en España.

En 2012, las plantaciones de kiwi en Italia (tercer productor mundial tras China y Nueva Zelanda) se vieron afectadas por una grave enfermedad de etiología desconocida que afectaba a las raíces, comúnmente conocida como moria o síndrome del decaimiento del kiwi. La rapidez su de expansión generó que en 2020 ya se asociaran a este síndrome una reducción del 10-25% de la superficie cultivada en este país y unas pérdidas económicas de 300 millones de euros. Si bien el supuesto papel de la microbiota del suelo aún sigue siendo desconocido, pronto se observó que el estrés por encharcamiento en el entorno de la raíz estaba claramente asociado con la enfermedad.

En 2020, se detectaron las primeras plantaciones afectadas por decaimiento del kiwi en Valencia, en las variedades Dori y Hayward. Los síntomas iniciales fueron clorosis, marchitez, pérdida de masa foliar, reducción del tamaño de los frutos, muerte regresiva de ramas y, finalmente, colapso total de la planta afectada.

Este colapso se produce a las pocas semanas de observarse las primeras manifestaciones del síndrome, especialmente durante el verano, la época de máxima evapotranspiración de la planta. Aunque no se han observado estos síntomas en otras regiones productoras de kiwi en España, los síntomas observados en Valencia son similares a los descritos en Italia.

El objetivo de este proyecto es investigar los principales estreses abióticos y los organismos implicados en el síndrome del decaimiento del kiwi en zonas afectadas en España y encontrar las mejores medidas de control integrado para asegurar el futuro de este cultivo. Así, el IVIA tiene previsto evaluar y describir las comunidades de hongos y oomicetos presentes en las raíces y el suelo en las plantaciones de kiwi que muestran síntomas de moria y compararlas con aquellas comunidades presentes en áreas asintomáticas, utilizando un enfoque convencional y de secuenciación masiva.

Además, esperan confirmar los postulados de Koch y comprobar la patogenicidad de los hongos y oomicetos detectados en las plantaciones de kiwi que muestran síntomas de la enfermedad para así poder determinar qué organismos son responsables de los síntomas observados en las zonas afectadas.

El objetivo es desarrollar un control integrado mediante la implantación de medidas agrícolas, el uso de agentes de control biológico y la evaluación de patrones tolerantes al estrés abiótico y biótico

Dado que ciertos patrones han mostrado tolerancia a la enfermedad, el proyecto evaluará la susceptibilidad/tolerancia de los patrones de kiwi cuando se enfrenten a estreses abióticos como el encharcamiento y la clorosis férrica. Se estudiarán las respuestas fisiológicas, bioquímicas y moleculares de las plantas ante aquellas condiciones abióticas adversas que pueden limitar su cultivo en España.

Por último, se recopilarán datos de la incidencia de la enfermedad y se realizarán estudios epidemiológicos. El objetivo final es desarrollar y optimizar un control integrado de la moria mediante la implantación de medidas agrícolas, el uso de agentes de control biológico y la evaluación de patrones tolerantes al estrés abiótico y biótico.

El equipo de investigación del IVIA implicado en este proyecto, cuya duración prevista es de tres años, lo forman Ana Pérez Sierra y Antonio Vicent, de la Unidad de Micología del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología, y Mary-Rus Martínez-Cuenca, del Centro de Citricultura y Producción Vegetal.

El kiwi es uno de los cultivos emergentes y en expansión en España, y en particular en la Comunidad Valenciana, por su rentabilidad y posibilidad de convertirse en alternativa al cultivo de los cítricos, y porque es una de las frutas tropicales y exóticas más demandadas en el mercado europeo por su alto valor nutricional.

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