Con la reciente detección del patógeno en una plantación de limoneros ubicada en Alhama de Murcia, ya son seis los municipios afectados por el mal seco de los cítricos, enfermedad causada por el hongo vascular Plenodomus tracheiphilus que apareció en la región en 2020. Aunque se ha conseguido limitar su propagación, es muy difícil controlar la enfermedad en los focos activos.
Actualmente, los municipios con plantaciones de limoneros afectadas por el mal seco son Abanilla, Blanca, Murcia, Torre Pacheco, San Javier y Alhama de Murcia. El Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia editó en 2023 un folleto divulgativo para facilitar el conocimiento e identificación de los síntomas de la enfermedad por parte de técnicos, agricultores y trabajadores del sector, así como la relación de actuaciones recomendadas para su prevención y erradicación.
Como en cualquier enfermedad, la detección precoz de los primeros focos es fundamental para un control eficiente; en el caso del mal seco, este “precepto adquiere un carácter de urgencia, dado que cada día que tengamos un árbol infectado sin eliminar incrementa notablemente las posibilidades de que no podamos llegar a controlar el foco y salvar la plantación de limonero, especie muy sensible a este patógeno”, advierte Miguel Ángel Fernández, técnico del Servicio de Sanidad Vegetal murciano.
Este hongo destruye los vasos conductores de savia de la planta, lo que provoca deshidratación severa y una seca rápida de las ramas afectadas. Estos síntomas empiezan en las hojas, que acaban cayendo y dejan el peciolo adherido, y continúan por brotes y frutos. La infección se inicia en las ramas tiernas, que se quedan sin hojas, pero verdes. En pocos días van secándose y dejando una coloración marrón pálida. Estas secas van progresando rápidamente hacia las ramas principales y afectan a todo el árbol hasta su muerte, en un plazo de uno a tres años. Internamente, las ramas muestran una coloración anaranjada o asalmonada; más tarde, produce anillos de color pardo-negruzco en el leño, que no deben confundirse con los síntomas de la gomosis.
La principal medida de control es la eliminación inmediata y completa de los árboles afectados
La principal medida de control es la eliminación inmediata y completa de los árboles afectados en cuanto se detecten, así como los más cercanos a estos, incluidas las raíces, y la quema de estos restos vegetales; la trituración de restos de poda no es conveniente porque puede ayudar a su dispersión en la parcela. Por la capacidad del hongo de mantenerse durante bastante tiempo activo en los restos vegetales y partículas orgánicas del suelo, se aconseja establecer un periodo de seguridad de dos años antes de volver a plantar cítricos.
Para evitar la propagación del hongo a otras plantaciones, Sanidad Vegetal también recomienda aplicar medidas de higiene y profilaxis exhaustivas en cuanto a labores de poda y de paso de maquinaria.
Los síntomas de esta enfermedad se observaron por primera vez en la isla griega de Chios, en 1894, pero alcanzó cierta relevancia después de detectarse en Sicilia. No se identificó el organismo causante hasta 1929. Su transmisión se realiza a través de las esporas del hongo, que son dispersadas por las gotas de lluvia que caen sobre la fuente de inóculo y, en distancias cortas, por la lluvia con viento. La infección también se puede producir a través de la raíz.