El Comité Permanente Fitosanitario de la UE (SCoPAFF), que se celebra el 21 y 22 de octubre, analizará las medidas para prevenir la llegada en importaciones de terceros países de dos plagas consideradas prioritarias por la UE: el hongo Phyllosticta citricarpa, causante de la mancha negra, y Thaumatotibia leucotreta o falsa polilla de los cítricos. A la luz de los reiterados problemas ocasionados por la detección en puertos europeos de la mancha negra en partidas de cítricos sudafricanas, la Interprofesional Citrícola Española, Intercitrus, sospecha que los productores no están cumpliendo la legislación comunitaria y “están combatiendo este hongo sin recurrir a los fungicidas de eficacia probada en campo. Lo harían así por una mera cuestión de no incurrir en mayores costes, aunque ello signifique exportar a la UE fruta infectada”.

Intercitrus se suma a la exigencia del Gobierno español de reclamar aplicar un tratamiento en frío en los envíos desde el país sudafricano para evitar la llegada de esta última plaga y, “vistos los sucesivos incumplimientos y las preocupantes cifras de este año –y de ejercicios anteriores-, reclama establecer un baremo objetivo respecto a la mancha negra que implique el cierre automático de las importaciones sudafricanas en caso de superar los cinco rechazos por tal motivo a lo largo de un año”. Sudáfrica, que repetirá en 2021 como principal proveedor no europeo de cítricos de la UE -en los últimos cinco años ha exportado entre 650.000 y 840.000 toneladas-, lidera las interceptaciones portuarias europeas registradas hasta septiembre: 25 por la mancha negra y 15 por T. leucotreta.

Sobre la mesa de los funcionarios de los Estados miembro del SCoPAFF estará el reciente informe de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) encargado por la propia Comisión Europea (CE) que acredita, científicamente, que el enfoque de sistemas elegido por el país austral para sus envíos de naranjas, mandarinas y limones a Europa está lejos de cumplir la normativa comunitaria para la falsa polilla, que exige garantizar en sus partidas la ausencia de esta plaga. Hecho éste que, tanto para el Ministerio de Agricultura como para Intercitrus, “debiera ser suficiente para que Bruselas se decidiera a imponer el mismo tratamiento de frío en tránsito que aplican a sus importaciones otras potencias productoras de cítricos como EE UU, China, Japón, India, Corea del Sur o Australia para protegerse frente a esta plaga”.

Tras sucesivas advertencias por parte de la Comisión por los problemas acumulados históricamente por la mancha negra, y tras comprobar en Túnez (donde en 2019 se declaró un importante foco) que este patógeno se aclimata perfectamente al clima mediterráneo, el SCoPAFF deberá decidir si endurece o no las condiciones de sus exportaciones con respecto a este hongo.

Según Intercitrus, “las evidencias animan a pensar que, efectivamente, Sudáfrica está recurriendo a tratamientos contra el hongo más económicos, que no cumplirían con lo exigido por la UE, que impone recurrir en las zonas afectadas a los fungicidas más adecuados”. Para determinar tal cosa, en 2014 la EFSA recogió estimaciones cuantitativas del impacto de esta enfermedad en Sudáfrica y los niveles de control de la misma en su área actual de distribución. El panel de expertos llevó a cabo un metaanálisis de la incidencia de la enfermedad registrada en parcelas testigo (sin tratar) y en parcelas tratadas y evaluó la efectividad de diferentes grupos de fungicidas. Los resultados mostraron que los tratamientos –para este hongo se requieren entre cuatro y seis pulverizaciones al año- fueron sistemáticamente capaces de reducir la proporción de frutas enfermas. Sin embargo, la efectividad varió marcadamente entre parcelas. En algunas –las tratadas con compuestos a base de cobre- la incidencia de la enfermedad se redujo solo ligeramente, mientras que la proporción de frutos enfermos se redujo a cero en las parcelas pulverizadas incluyendo, entre otros, la sustancia activa estrobilurinas, que es la más cara.