La Comisión Europea ha decidido prolongar tres años más, hasta marzo de 2028, los controles fitosanitarios sobre los cítricos procedentes de Sudáfrica, Argentina, Brasil, Uruguay y Zimbabue, para evitar la entrada y propagación de la mancha negra.
Producida por el hongo Phyllosticta citricarpa, se trata de la principal enfermedad fúngica de los cítricos a nivel mundial. Provoca la aparición de lesiones necróticas en la corteza de los frutos que reducen su calidad comercial para el mercado en fresco. En determinadas situaciones, la enfermedad induce también la caída prematura del fruto, lo que reduce notablemente los rendimientos en cosecha.
La legislación fitosanitaria europea establece medidas para evitar su introducción. Así, la entrada de material propagativo de cítricos en la UE está prohibida y la importación de frutos de zonas afectadas debe realizarse cumpliendo con unas medidas fitosanitarias específicas.
Estas medidas han sido cuestionadas por los países exportadores de cítricos, con el argumento de que el clima mediterráneo no favorecería el desarrollo de la enfermedad. Sin embargo, estudios del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, así como la detección del patógeno en Túnez, en 2019, demostraron que la cuenca mediterránea es idónea, desde el punto de vista climático, para el desarrollo de la enfermedad. “Los países exportadores afectados por la mancha negra vienen cuestionando de forma sistemática la necesidad de las medidas fitosanitarias establecidas por la UE para evitar la entrada de P. citricarpa. Su principal argumento es que el clima de la cuenca del Mediterráneo no es favorable para el desarrollo de la enfermedad, por lo que la entrada de frutos infectados no supondría en realidad ningún riesgo. Sin embargo, el análisis de riesgos realizado por EFSA apunta en sentido contrario. En esa misma línea, otros estudios indican que la mancha negra de los cítricos apareció en Sudáfrica en unos primeros focos situados en zonas citrícolas de elevada pluviometría, pero que luego se diseminó a regiones colindantes de clima árido y seco, muy similar al de algunas zonas citrícolas de la cuenca mediterránea”, explicaba Antonio Vicent, del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA, en una ponencia dedicada a este patógeno en el Encuentro Internacional Phytoma dedicado al Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020.
La legislación europea establece medidas fitosanitarias específicas a Sudáfrica, Argentina, Brasil, Uruguay y Zimbabue
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado, afirma que la decisión de la Comisión “está en concordancia con nuestras reivindicaciones y con las necesidades reales que tiene el sector citrícola valenciano, español y europeo para garantizar su seguridad fitosanitaria. Hay que mantener las medidas de prevención, siempre bajo el aval de los científicos, mientras los países terceros no sean capaces de reducir el riesgo de introducirnos plagas y enfermedades de cuarentena que no están presentes en Europa”.
Aguado se muestra “satisfecho”, porque este paso “va en la dirección que hemos pedido a Madrid y Bruselas para defender las medidas fitosanitarias de la UE frente a la mancha negra y la falsa polilla (Thaumatotibia leucotetra) que el Gobierno de Sudáfrica ha denunciado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Gobierno español y la Comisión Europea se han comprometido con nosotros a que van a defender nuestros intereses en los paneles abiertos en la OMC y esta prórroga de los controles a la mancha negra es un anuncio que coincide con ese mensaje de apoyo”.
A instancias de AVA-ASAJA, el COPA-COGECA también ha solicitado a la Comisión Europea que vuelva a establecer en su normativa un número tope de detecciones de una determinada enfermedad o plaga a partir de la cual, según el riesgo que considere inasumible la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), deban cerrarse las fronteras a las importaciones de un país tercero.
Por su parte, La Unió Llauradora reclama, además de la prórroga de las medidas propuestas por la Comisión Europea, un refuerzo efectivo de los mecanismos de control y seguimiento para garantizar su eficacia. En este sentido, la organización profesional agraria considera que persiste el riesgo de introducción del patógeno en la citricultura europea. La EFSA considera que su establecimiento es moderadamente probable porque los huéspedes sensibles están ampliamente disponibles y las condiciones ambientales en muchas áreas de cultivo de cítricos de la UE son adecuadas para la producción, dispersión e infección de esta plaga.
La prueba de esa amenaza son las continuas intercepciones detectadas por el Sistema de Alerta Rápida de Alimentos y Piensos de la Comisión Europea. Solo en los tres últimos años un total de 203, de las que 183 (el 95%) se concentran en los países afectados por estas medidas.