La Generalitat Valenciana ha anunciado la decisión de ampliar el reparto de trampas subvencionadas contra el cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberie) a tres comarcas más: Camp de Turia y Los Serranos, en Valencia, y La Plana Alta, en Castellón. Además, ha intensificado las sueltas del parasitoide Anagyrus aberiae, que ya se ha liberado en 98 puntos de 33 municipios y once comarcas.

En un principio, la incapacidad de fabricar las suficientes trampas de atracción y muerte, con feromonas e insecticida, obligó a la Conselleria de Agricultura a limitar las ayudas a las dos comarcas más afectadas: Camp de Morvedre y La Plana Baixa. En estos momentos, el servicio de Sanidad Vegetal dispone de un stock de 200.000 trampas, lo que ha permitido que ya sean cinco las comarcas beneficiadas por el reparto del Gobierno autonómico, que entrega gratuitamente un dispositivo a cada agricultor que haya adquirido otro en el mercado. “Pese a que el proceso de distribución de estos dispositivos resultó complejo en un primer momento, vamos superando las dificultades iniciales y poco a poco hemos logrado alcanzar una velocidad de crucero que debe permitirnos atender la demanda de los agricultores interesados en apostar por este sistema de trampeo”, explica el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, que incide en la importancia de “que los productores de cítricos instalen las trampas en sus parcelas para combatir el cotonet porque la persistencia de estos dispositivos es superior a un año y esa circunstancia va a permitir reducir las poblaciones y la dispersión del Delottococcus de cara a las próximas campañas”.

Las trampas con feromonas y el control biológico con el parasitoide Anagyrus aberiae son los principales métodos contra esta plaga de los cítricos. Sobre todo, desde la prohibición del metil-clorpirifos en abril del año pasado. Aunque algunos agricultores han reclamado una autorización excepcional de insecticidas formulados con esta sustancia activa, tema que incluso fue objeto de una interpelación al ministro Luis Planas en el pleno del Senado, la Unión Europea bajó en noviembre el límite máximo de residuo (LMR) de metil-clorpirifos al límite de determinación analítica (0,01 mg por Kg de fruta), lo que impediría la comercialización de los cítricos.

Prueba de ello es que solo en enero, Turquía recibió 42 notificaciones de alertas sanitarias por incumplir los LMR de la UE en sus exportaciones citrícolas, 74 hasta finales de abril. Italia sí concedió en 2020 el uso excepcional de metil-clorpirifos para melocotón y nectarina, productos que en noviembre ya no estaban en el mercado.

Por oto lado, la Conselleria de Agricultura está intensificando las sueltas masivas del parasitoide Anagyrus aberiae. En estos momentos los puntos de liberación ascienden ya a 98, en 33 municipios y once comarcas del norte de Castellón al sur de Alicante. El Servicio de Sanidad Vegetal, bajo la dirección científica del IVIA, está incrementando la producción de la avispilla, a lo que hay que añadir que ha recibido en lo que va de año 45 solicitudes de colaboración de diferentes entidades que disponen de insectario propios: ayuntamientos, cooperativas y titulares de explotaciones.

Además, la Generalitat Valenciana ha solicitado al ministerio la autorización para poder liberar el depredador autóctono Cryptolaemus montrouzieri en naranjo y mandarino para el control de Planococcus citri y Delottococcus aberiae además de Limonero (actualmente, ya está autorizado en limonero).