La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Comunidad Valenciana ha iniciado la campaña anual para proteger del Chilo suppressalis Walker los arrozales con un método respetuoso con el entorno y la propia planta.

Desde finales de mayo y durante más de tres semanas, se están instalando en colaboración con la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de la Comunitat Valenciana un total de 475.000 difusores con los que combatir, mediante un método biológico de confusión sexual, esta plaga en el entorno de las explotaciones dedicadas a la producción de arroz. Este tratamiento se aplica en una extensión superior a las 15.500 hectáreas en las proximidades del Parque Natural de la Albufera y en los marjales de Pego-Oliva y de La Llosa y Xilxes, con el objetivo de evitar que Chilo suppressalis Walker, también conocido con el nombre de barrenador o ‘cucat’ del arroz en la Comunidad Valenciana, ataque la caña del arroz y llegue a producir la muerte de la planta afectada y una merma importante de la producción.

Esta técnica de lucha contra el ‘cucat’ permite, a través de la colocación de unas varillas de madera con difusores de feromona sintética de la hembra del insecto, saturar la atmósfera que rodea el cultivo. Para su adecuado funcionamiento, las varillas se colocan cubriendo toda la superficie de arroz, y con un marco de colocación de 18x18 metros (31 difusores por hectárea). De este modo, los machos de esta especie no pueden detectar las pequeñas cantidades de feromonas naturales emitidas por las hembras existentes, con lo que se dificulta el apareamiento y se produce la confusión sexual, rebajando el nivel de la población de esta plaga. Se trata de un método que ofrece grandes ventajas, debido a que actúa específicamente sobre esta plaga y no afecta en ningún momento ni al resto de insectos beneficiosos ni a animales superiores, además de no dejar ningún tipo de residuo.

Esta metodología cuenta con la aceptación por parte de los agricultores y además resulta de alto interés ecológico por el espacio en el que se encuentran ubicados los arrozales. Además, los difusores utilizados son biodegradables de base celulósica que minimizan el residuo final en el suelo. Estos difusores se han ensayado durante varios años y han demostrado una eficacia idéntica a los anteriores difusores de PVC, con la ventaja de ser biodegradables.

En comparación con los tratamientos insecticidas convencionales que se requerirían para un adecuado control de esta plaga, esta técnica de confusión sexual reduce la aplicación de productos fitosanitarios en un 99,6%, al pasar de 1,8 litros por hectárea a únicamente algo menos de 8 gramos por hectárea. Por otro lado, al ser una técnica específica que sólo afecta a la plaga del barrenador, no tiene efectos perjudiciales ni sobre los insectos beneficiosos ni sobre la fauna del entorno.

Por otro lado, la colocación de los difusores servirá también para realizar una prospección intensa de todos los campos de arroz y comprobar la ausencia de la plaga del Caracol manzana (Pomacea maculata) en los arrozales.