La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria evaluará una serie de autorizaciones excepcionales concedidas por los Estados miembros, entre ellos España, para el uso de neonicotinoides en el cultivo de remolacha azucarera.

La solicitud de la Comisión Europea cubre 21 autorizaciones de emergencia de clotianidina, imidacloprid, tiametoxam y tiacloprid concedidas por, además de España, los Gobiernos de Austria, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.

Tras las evaluaciones científicas realizadas por la EFSA, el uso al aire libre de imidacloprid, tiametoxam y clotianidina se prohibió en mayo de 2018 y la Comisión Europea rechazó una solicitud para renovar la aprobación del tiacloprid en enero de 2020.

Hasta su prohibición, el uso de productos fitosanitarios formulados con alguna de las sustancias activas neonicotinoides en semillas de remolacha azucarera era una práctica habitual. Desde el punto de vista técnico, era una solución adecuada, ya que con la simple siembra de la semilla tratada se solventaban los principales problemas fitosanitarios de este cultivo, evitándose tratamientos posteriores.

La prohibición supone un cambio de manejo del cultivo y los productores pidieron un periodo de adaptación para buscar alternativas válidas, ya que “los productos insecticidas autorizados para remolacha significan la vuelta a tratamientos foliares abandonados hace años por su impacto, eficacia limitada y elevado coste al ser necesarios varios tratamientos durante el cultivo”, tal como reconoce el propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la resolución de autorización excepcional publicada hace un año, con el objetivo de “hacer una transición suave hacia un manejo fitosanitario del cultivo de remolacha en el que los neonicotinoides no estén presentes y que al mismo tiempo sea económicamente viable” para los productores. El ministerio autorizó la siembra de semillas de remolacha azucarera tratadas con neonicotinoides en Castilla y León, La Rioja, el País Vasco y Navarra, del 15 de febrero al 25 de mayo.

Ahora, la EFSA examinará la justificación de las autorizaciones dada la situación específica de cada Estado miembro y la disponibilidad de medios alternativos para proteger los cultivos de remolacha azucarera. Las evaluaciones deberían estar finalizadas en la segunda mitad de 2021.

La EFSA también aprovechará la oportunidad para revisar la metodología utilizada para las evaluaciones a la luz de las estrategias de la Comisión Europea De la granja a la mesa y la biodiversidad, en particular los objetivos para reducir el uso de plaguicidas y la promoción de alternativas a los plaguicidas. Esta nueva metodología, que apoyará la armonización del uso de plaguicidas en los Estados miembros de la UE, debería estar disponible a finales de 2022.