Una investigación de la Universidad de Oviedo y el Servicio Regional de Desarrollo Agroalimentario de Asturias (SERIDA) demuestra que la instalación de cajas nido para aves insectívoras en los cultivos de manzano de sidra de Asturias puede reducir la incidencia de las plagas, ya que las aves capturan gran cantidad de artrópodos para alimentar a sus polluelos. Los investigadores del estudio, publicado en Journal of Applied Ecology, recomiendan que se fomente la instalación de estas cajas nido como una medida para gestionar el control de plagas eficaz, barata y ambientalmente amigable.

Los investigadores instalaron más un centenar de cajas nido en doce fincas diferentes y comprobaron que las aves ocupaban casi un tercio de las mismas. Emparejando estas fincas con otras equivalentes, pero sin cajas, evaluaron el efecto insecticida de las aves nidificantes. Para ello, estimaron el ataque de las aves sobre señuelos de plastilina verde que simulaban orugas del manzano y, además, contaron el número de insectos, tanto en los árboles alrededor de las cajas ocupadas como en árboles equivalentes en las fincas sin cajas. Ambos métodos demostraron un mayor control de plagas en las fincas con cajas nido que en las fincas sin éstas. Equipados con cámaras y teleobjetivos, los biólogos fueron capaces de fotografiar las aves adultas al entrar en las cajas, portando en sus picos alimento para cebar a los polluelos. Así, pudieron clasificar los insectos capturados por distintas especies de aves, y se identificó al herrerillo común como la especie más eficaz para el control de plagas, ya que insectos como el gorgojo de la flor del manzano o el pulgón ceniciento constituían la cuarta parte de sus presas.

“Nuestro objetivo era proporcionar a los agricultores herramientas de intensificación ecológica; es decir, darles fórmulas para mantener su productividad fomentando los servicios ecosistémicos que brinda la biodiversidad”, señala Daniel García, biólogo y profesor de Ecología de la Universidad de Oviedo, y coautor del estudio junto a Marcos Miñarro y Rodrigo Martínez-Sastre, también biólogos e investigadores del SERIDA. “Las cajas nido siempre se han visto  como una forma de atraer aves silvestres insectívoras y favorecer su rol ecológico, pero, paradójicamente, apenas existía información sobre su utilidad en los cultivos agrícolas”, añade Miñarro.

La instalación de cajas nido en las pumaradas beneficia al cultivo de manzana de sidra, pero también a las aves, que amplían el abanico de lugares idóneos para construir sus nidos. Los productores de manzana que decidan instalar las cajas nido cuentan con una nueva línea de subvenciones del Gobierno del Principado de Asturias, dentro de la Política Agraria Común, específicamente orientada al fomento de la biodiversidad en las pumaradas de sidra, e inspirada en los hallazgos de esta investigación.