El grupo de investigación Ecología Química Agrícola (CEQA), del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, de la Universitat Politècnica de València, ha logrado identificar la feromona sexual de Pseudococcus longispinus, la principal plaga del caqui en España, lo que abre la puerta a una estrategia de control basada en sistemas de captura masiva y de confusión sexual.
Actualmente, los cotonets o pseudocóccidos destacan entre las plagas más abundantes y dañinas en el cultivo del caqui en la Comunidad Valenciana. Entre ellos, P. longispinus es la especie más abundante y dañina. En Estados Unidos, ya se había sintetizado previamente otro compuesto feromonal contra esta especie. Sin embargo, se realizaron ensayos con dicha feromona en la Ribera (comarca que concentra la producción de caqui en la península) que apenas atraían machos. “Cuando pusimos el compuesto aislado por nosotros, vimos que la atracción que se conseguía era entre cien y doscientas veces la que conseguía el compuesto de EE UU”, explica Vicente Navarro Llopis, uno de los investigadores del Instituto Agroforestal del Mediterráneo que ha participado en este trabajo y que consideran este compuesto (acetato de 2-(1,5-dimetil-4-metilenciclopent-2-en-1-il)etilo) como el mejor candidato a feromona sexual.
En estos momentos, el compuesto desarrollado está patentado y se está estudiando el escalado en su síntesis para poder desarrollar un producto comercial. Aún se deben realizar los ensayos de eficacia que conducirán a su registro, por lo que el producto aún tardará al menos dos o tres años en estar disponible para los agricultores.
En 2019, el grupo de investigación Ecología Química Agrícola (CEQA) ya identificó la feromona sexual del cotonet de Sudáfrica, Delottococcus aberiae, y estudiaron su distribución mediante trampas cebadas con ella. Los resultados de este estudio también sirvieron para confirmar su gran potencial en sistemas de captura masiva o de confusión sexual: desde 2020, se utilizan trampas de atracción y muerte con este compuesto en la citricultura mediterránea.
En otros pseudocóccidos, como Planococcus ficus y P. citri, también se utiliza su feromona para captura masiva y confusión sexual con éxito comercial. “Para captura masiva, se está ensayando con P. longispinus en la actualidad y los resultados preliminares son muy prometedores”, avanza Navarro.
El compuesto desarrollado está patentado, pero el producto comercial aún tardará dos o tres años en estar disponible para los agricultores
Una de las limitaciones para el uso de semioquímicos en la agricultura es el precio de síntesis. En el caso de esta feromona, “aunque el compuesto tiene una síntesis compleja, se puede sintetizar a un precio que permitirá su uso comercial”, asegura el investigador, que reconoce que, en técnicas de confusión sexual, que requieren mucha más cantidad del ingrediente activo, el coste sí podría ser un problema. “Actualmente estamos trabajando en su posible aplicación en estas técnicas”.
Los cotonets provocan el debilitamiento de la planta al alimentarse del floema. Además, excretan una gran cantidad de melaza donde posteriormente crece el hongo conocido como negrilla o fumagina, que ensucia el fruto y limita la capacidad fotosintética de la planta. La elevada exigencia de los mercados donde va destinada la mayor parte de la producción de caqui hace que los frutos afectados sean considerados destrío, debido tanto a los daños estéticos como a las cuarentenas establecidas en ciertos países para algunas especies de pseudocóccidos. Desde hace unos años, P. longispinus ha desplazado a Pseudococcus viburni como especie predominante en este cultivo.
Ante la escasa disponibilidad de fitosanitarios autorizados en caqui, el ministerio autorizó recientemente el uso excepcional de sulfoxaflor 12% para el control de cotonets, moscas blancas (Dialeurodes citri y Paraleyrodes minei) y Scirtothrips spp.
El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y el Servicio de Sanidad Vegetal apuestan por el control biológico y, sobre todo, por la cría y liberación masiva de su parasitoide más eficaz, Anagyrus fusciventris, pero el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico se opone por considerarlo una especie exótica, a pesar de que sus poblaciones son abundantes en el Mediterráneo desde hace medio siglo y se considera totalmente naturalizada.