Tras los excelentes resultados obtenidos en Canarias, el Ministerio de Agricultura ha puesto en marcha la suelta controlada y experimental del parasitoide Tamarixia dryi en entornos de limoneros en Galicia para intentar reducir las poblaciones de Trioza erytreae, vector del greening de los cítricos que llegó a la península en 2014.

En coordinación con el Servicio de Sanidad Vegetal de Galicia y con el apoyo de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria, investigadores del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias y del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias han liberado de forma controlada los primeros individuos de la avispilla en territorio continental, unos 900 ejemplares en tres zonas de Galicia. El gobierno portugués también ha liberado el parasitoide en sus cítricos, unos 1.800 individuos en siete zonas, y las sueltas continuarán en primavera, tanto en Galicia como en Portugal.

Las hembras “ponen los huevos debajo de los psílidos, y cuando los huevos eclosionan su descendencia se come al psílido”, explica Alejandro Tena, investigador del IVIA que formó parte de la expedición que viajó a Sudáfrica para buscar posibles parasitoides del vector. Tras identificar tres especies y seleccionar T. dryi, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aprobó a finales de 2017 su importación. La cría se estableció en el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias con la financiación de un proyecto nacional impulsado por el INIA que coordina el IVIA y en el que participan centros de investigación y servicios de sanidad de seis Comunidades Autónomas. Desde entonces, los investigadores han trabajado junto a los Servicios de Sanidad Vegetal de Canarias para evaluar la especificidad y eficacia de la avispilla.

“Desde el establecimiento de su cría en 2018 hasta los últimos ensayos realizados en campo, la avispilla ha mostrado una gran eficacia para controlar al psílido en las Islas Canarias”, destaca la investigadora del ICIA Estrella Hernández, quien ha seguido la dispersión de la avispilla por las islas. Desde su liberación, las poblaciones de T. erytreae han disminuido drásticamente: hoy en día, es difícil encontrar poblaciones del psílido en el archipiélago, por lo que se espera que los resultados sean también satisfactorios en Galicia y Portugal.

Antes de obtener la autorización del Ministerio, se analizaron todos los individuos que se importaron desde Sudáfrica, así como su primera descendencia, para confirmar fehacientemente que venían libres de HLB. Para ello hubo que desarrollar nuevos marcadores moleculares porque los que estaban disponibles están diseñados para plantas y psílidos vectores y no funcionaban con la avispilla. Con estos nuevos marcadores, el Laboratorio de Referencia de Bacterias fitopatógenas del IVIA pudo confirmar que todas las avispillas habían llegado libres de la enfermedad.

Aunque el HLB, enfermedad incurable para los cítricos, no se ha detectado en la península ibérica, los investigadores llevan años trabajando para reducir la dispersión de su vector, que ya está presente en Galicia y parte de Portugal, a menos de 200 km de las zonas citrícolas de El Algarve y Huelva. Entre las diferentes líneas de investigación emprendidas, la más prometedora es este proyecto de control biológico clásico. “Debemos detener el avance del psílido para que no alcance las principales zonas citrícolas españolas y portuguesas porque es cuestión de tiempo que se detecte la bacteria”, explica el investigador Alberto Urbaneja, coordinador del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA.

Tras la detección del vector en Galicia y Portugal, los Ministerios de Agricultura de ambos países pusieron en marcha programas de erradicación y contención del psílido vector que no han evitado su expansión. “Este patrón se ha repetido en todo el mundo. Si no se toman precauciones, el vector se dispersa rápidamente, y cuando llega la enfermedad, ésta ya no se puede detener porque el vector está por todas partes”, advierte Urbaneja.