John Paul Michaud, profesor de Entomología en la Universidad de Kansas State, es el líder del grupo Ecology of Aphidophaga, que organiza en la Universidad de Lleida la 15ª edición del International Symposium Ecology of Aphidophaga, del 19 al 23 de septiembre. Se trata de un punto de encuentro en torno al estudio de los enemigos naturales de los pulgones que se celebra por primera vez en España.

JP Michaud explica, en una entrevista realizada por videoconferencia, que el grupo Ecology of Aphidophaga se creó durante la guerra fría para facilitar las colaboraciones entre los entomólogos de la Europa del Este y la Europa Occidental y mejorar el conocimiento de la ecología de los artrópodos que se alimentan de pulgones, muchos de los cuales se utilizan en estrategias de control biológico de plagas agrícolas, forestales y urbanas.

¿Por qué es necesario un grupo como Ecology of Aphidophaga?

Los áfidos o pulgones tienen mucha importancia en la agricultura. Los artrópodos que se alimentan de ellos tienen mucho en común en su ecología, porque se necesita un comportamiento especial para vivir de los pulgones. Ese es el punto de partida y el grupo sirve para el intercambio de ideas entre profesionales que trabajan en diferentes grupos de investigación.

¿Cuáles son los principales temas que se van a tratar en el Symposium?

Siempre tenemos temas recurrentes, sobre depredación, interacciones, las especies que están ayudando al control de pulgones en diferentes cultivos, cuáles son sus necesidades ecológicas, las acciones de los agricultores que pueden favorecer el control natural y las que pueden dificultarlo. Porque si el sistema está funcionando, no debe haber problemas con áfidos. Hay muchos avances, y todos vamos al congreso para aprender, como estudiantes, lo que están haciendo otros investigadores.

¿Cuáles son los cultivos más afectados por los pulgones?

Casi no hay cultivos a los que no afecten. En algunos son más importantes los virus que pueden ser transmitidos por ellos; son los más difíciles de manejar porque no se necesitan grandes poblaciones para causar daño a la planta y en la mayoría de casos, los virus no tienen cura una vez infectan la planta. En esas situaciones, muchas veces el control biológico no es suficiente. En los demás casos, el control biológico puede ser muy bueno, pero necesita una comunidad de artrópodos compleja y en buen estado, con muchos elementos jugando su papel, no solo un enemigo natural.

Las poblaciones de depredadores que se alimentan de áfidos ayudan a controlar muchas otras especies de artrópodos que podrían ser plagas. En este caso, los áfidos son un componente muy importante del ecosistema agrícola porque hay muchos insectos beneficiosos que han evolucionado para alimentarse de ellos y pueden establecerse en el ecosistema ayudando a que muchas plagas potenciales se mantengan por debajo del nivel de daño económico.

Las poblaciones de depredadores que se alimentan de pulgones ayudan a controlar muchas otras especies de artrópodos que podrían ser plagas

En su conferencia, habla del papel que juegan los pulgones para mantener los enemigos naturales en los cultivos extensivos, y los riesgos de su desaparición. ¿Cuáles son esos riesgos?

Aquí (Kansas), el trigo se siembra en otoño y se cosecha en verano. En primavera hay mucha superficie sembrada y es una planta que crece fuerte y rápida y atrae especies de pulgones cuyas poblaciones no dañan la cosecha y sirven de alimento para muchos insectos beneficiosos que se trasladan a los cultivos de verano, donde ayudan al control de muchas otras plagas. Muchos insectos que podrían ser plagas no lo son porque tenemos millones de coccinélidos, crisopas, sírfidos… Debemos ser conscientes de ese proceso.

Ya que el tema del congreso son los artrópodos que se alimentan de pulgones, ¿se debería entender que el problema del control de pulgones no está bien resuelto?

En realidad, sí está resuelto en el 90% de los casos en la mayoría de cultivos. Son aquellos casos en los que falla el control biológico lo que llama la atención. Solamente somos conscientes del trabajo que hacen los insectos beneficiosos cuando no lo pueden hacer. En la mayoría de esos casos, los humanos tenemos la culpa por matar a los enemigos naturales, lo que hace que los pulgones alcancen niveles de abundancia que pueden causar pérdidas catastróficas.

¿Qué impacto está teniendo el uso de plaguicidas en la fauna auxiliar?

Hay evidencias de que los insectos han disminuido notablemente en los últimos cuarenta años. Los insectos son la base de todos los ecosistemas. ¿Qué van a comer las aves, los peces? En Estados Unidos, el uso de plaguicidas tiene un impacto mayor que en la Unión Europea, que ya ha eliminado el uso de neonicotinoides. Tenemos un conflicto entre la gente que quiere reducir el uso de plaguicidas y los que quieren promulgar su uso. El problema son las semillas tratadas con plaguicidas sistémicos que matan no solo las plagas, sino muchos otros artrópodos beneficiosos. El control natural necesita que haya comida para la fauna auxiliar.

Hoy en día, ¿es posible una gestión de plagas sin plaguicidas o es una visión poco realista?

Tenemos muchas plagas bajo control biológico. La pena es que muchos no se dan cuenta del nivel de control porque no se consideran plagas. El riesgo que corremos matando todos los insectos es que haya un ecosistema vacío que ofrezca oportunidades a una plaga que tenga resistencias a insecticidas químicos y ya no tenga ningún enemigo en el cultivo. Si solo contamos con la protección de un único químico, como los neonicotinoides tiametoxam o imidacloprid, y falla, nos quedamos sin nada. En EE UU estamos abandonando los principios de la Gestión Integrada de Plagas y regresando a los años cincuenta del pasado siglo, cuando se aplicaban plaguicidas a calendario, sin justificación. Podemos anticipar muchos problemas en el futuro si no cambiamos de estrategia.

En la Unión Europea, cada vez hay menos plaguicidas autorizados disponibles. ¿No es contraproducente la retirada de sustancias activas por la aparición de resistencias?

No todos los plaguicidas son iguales, es difícil anticipar cuál va ser su vida útil. A veces se pueden usar durante muchas décadas sin que aparezcan resistencias; otras veces, la resistencia se desarrolla muy rápido. Por un lado, es bueno tener varias alternativas para cambiar el modo de acción, que puede retrasar la aparición de resistencias, y cuanto más selectivo sea el insecticida, mejor, porque estamos matando solamente la plaga diana. Pero si tenemos un cultivo sano, con una comunidad compleja de artrópodos, ninguna especie subirá al umbral de daño económico. Si podemos renaturalizar la agricultura, necesitaremos menos plaguicidas. Sabemos que funciona, porque en los ecosistemas naturales los brotes de pulgones son muy escasos, mientras que en los monocultivos pueden escapar al control.

¿La introducción de enemigos naturales exóticos como agentes de control biológico no conlleva riesgos para el ecosistema?

En realidad, menos del 10% de las plagas se manejan así. Para los pulgones, en la mayoría de casos el control biológico clásico no funciona y, además, no se necesita. En todas las partes del mundo, encuentras los mismos grupos de enemigos naturales: coccinélidos, crisopas, sírfidos, parasitoides, etc. Son diferentes especies en cada zona, pero están representados los mismos grupos. ¿Por qué traer de otro lugar organismos que no están adaptados a los factores ambientales locales? Nada se reproduce más rápido que los pulgones, que son hembras y nacen embarazadas, con sus propios embriones en pleno desarrollo. Necesitan muchos enemigos naturales diferentes y actuando muy rápido cuando todavía las colonias son incipientes.

Los pulgones necesitan muchos enemigos naturales diferentes y actuando muy rápido cuando todavía las colonias son incipientes

Como entomólogo y profesor universitario, ¿cómo se desarrolla en Estados Unidos la transferencia de la investigación al sector agrícola?

Tenemos una infraestructura de extensión agraria con apoyo federal. Muchos profesionales se encargan de explicar a los productores cuáles son las estrategias de manejo más apropiadas para mantener la producción, pero también para proteger el ambiente y controlar las plagas de forma responsable. Los investigadores colaboramos con estos trabajadores, County agents (agentes del condado), que transfieren el conocimiento a los productores y les asesoran. Funcionamos como un equipo.

¿Hay una adecuada formación de profesionales en protección de cultivos?

Nos encargamos de educar no solo a los extensionistas, sino a la próxima generación de investigadores. Uno de los problemas es el coste de la educación posgradual. Otro, que es difícil conseguir fondos para investigaciones. El sistema apoya solamente proyectos muy grandes, y muchos buenos pequeños proyectos no tienen financiación suficiente.

EE UU está a la vanguardia de la tecnología y la digitalización. ¿Se ha trasladado al ámbito de la sanidad vegetal los nuevos avances?

Mucho. La tecnología también se está aplicando al control biológico. Por ejemplo, los drones ofrecen la posibilidad de distribuir insectos beneficiosos en grandes superficies con muy bajo coste. Y con la tecnología podemos recoger información del campo sobre la distribución de una plaga y disminuir el impacto en el medioambiente. Estamos viendo formas de usar diferentes agentes de control biológico para tener más impacto, usando parasitoides como vectores de enfermedades para las plagas. En Sudamérica, por poner otro ejemplo, se está desarrollando mucho el uso de hongos entomopatógenos en lugar de plaguicidas químicos. Cuanto más entendemos sobre el funcionamiento del mundo biológico, más oportunidades vamos a encontrar de usar métodos de control naturales y menos necesidad de usar plaguicidas tóxicos.