El Programa Experto Profesional en Agronutrientes y Bioestimulantes, promovido por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante y la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes (AEFA), celebra después de verano su cuarta edición. Un antiguo alumno y una docente nueva desgranan las claves de este curso dirigido a formar a los futuros responsables técnicos de una rama en auge del sector agroalimentario.

El programa fue concebido con un enfoque muy práctico y su claustro está formado en su mayor parte por profesionales en activo y por docentes universitarios de primer nivel. Es el caso de Kristell Santander, directora de NEVAL, empresa de ensayos agrícolas oficialmente reconocida y laboratorio de nematología de cuarentena, que el próximo año debuta como docente para “acercar a los alumnos de esta cuarta edición a la parte de I+D, que son los pasos previos de cualquier casa de agronutrientes o bioestimulantes al éxito, ya que es importante tener un buen producto que poner en el mercado”.

Kristell Santander ha creado “un módulo potente de Diseño de Experimentos”, aprovechando su experiencia de dieciocho años en este ámbito, desde 2015 al frente de la empresa de ensayos NEVAL, que realiza desde screenings en laboratorio hasta los ensayos de registro. “El módulo que voy a impartir desglosa de principio a fin las necesidades para realizar un ensayo de investigación y está dirigido a todos aquellos que trabajan en el departamento de I+D de empresas productoras de insumos agrícolas (fitosanitarios, fertilizantes, bioestimulantes y biocontrol). No es fácil demostrar la eficacia de los bioestimulantes de cara a los técnicos y agricultores; estos productos están enfocados a un aprovechamiento de ciertos nutrientes o circunstancias y hay que saber muy bien cómo trabajarlos para sacar el máximo partido a su uso”.

Ingeniera agrónoma con especialidad en Biotecnología y Mejora Genética por la Universidad Politécnica de Valencia y nematóloga por la Universidad de Wageningen, Kristell Santander resume su módulo en cinco partes: diseño de pruebas de investigación o ensayos, diseño de pruebas de investigación II (tipos de aplicaciones según cultivos y plagas o enfermedades), datos y estadística en pruebas de investigación, seguimiento y ejecución de pruebas de investigación e interpretación de los resultados obtenidos en los estudios. “Los principios básicos de esta formación son los que pretendo concentrar en este módulo para que la tarea de comprender un ensayo científico-técnico no sea tan complicada. En NEVAL disponemos de campos experimentales con diferentes sectores en los realizamos estudios de I+D y registro. Los alumnos del módulo tendrán la posibilidad de ver cómo realizar un seguimiento, y la comparación de una toma de datos correcta y otra incorrecta. La experiencia directa a pie de campo aportará un entendimiento mayor a los problemas que pueden surgir en el uso de los agronutrientes y bioestimulantes”. 

El curso, de 304 horas lectivas, se divide en varias áreas: introducción al sector, gestión de la venta consultiva, nutrición de plantas, diseño y análisis de ensayos y comunicación en las empresas de agronutrientes y bioestimulantes. Pau Escrig, alumno de la edición de 2020, decidió impartir el programa mientras trabajaba en el Departamento de Desarrollo Comercial de la empresa Karyon y consideraba que “el conocimiento adquirido en el curso me permitiría afrontar mejor algunas cuestiones”. Actualmente, ocupa la dirección técnica de la empresa biotecnológica Biorizon Biotech “El curso es muy completo puesto que no solo se centra en aspectos técnicos y regulatorios, sino también comerciales (técnicas de venta) y aborda una cuestión que los planes de estudio actuales desdeñan y es el aspecto comunicativo: cómo comunicar eficazmente, algo esencial en cualquier profesión”.

Precisamente, Kristell lo recomendaría “porque todas las empresas productoras o vendedoras de nutrientes necesitan que su personal encargado de defender su producto conozca cómo probar realmente que éste funciona. Hay muchas veces que los comerciales o los técnicos encargados de un producto hacen pruebas con sus distribuidores y nos encontramos con que no pueden demostrar que funciona porque se barajan muchas variables a la vez y esto es debido a que no tienen un concepto de estadística científica. Hay que saber qué datos pretendemos valorar para poder abordar la evaluación de la forma correcta”. El curso, según la directora de NEVAL, garantiza suficiente formación “para poder abordar cualquiera de los temas en cuestión de una empresa de agronutrientes”.

Por su parte, Escrig lo aconseja el curso “a cualquier ingeniero agrónomo que esté en contacto con la nutrición en su vida profesional. Si bien hay algunos temas de fisiología que ya han sido tratados durante la carrera, no es el mismo momento vital. Cuando una persona está estudiando la carrera, ciertas cuestiones están en los libros, estudia, aprueba con mejor o peor nota y allí se acaba todo. Pero luego, cuando lleva unos años en la profesión, estas cuestiones se vuelven a plantear de una manera real y muchas veces con diversos matices, y es ahí donde se echa de menos volver a esas clases para, con el bagaje que te dan los años de ejercicio profesional, poder hacer esas preguntas concretas que no se podían hacer cuando eras un estudiante”.

Como en las tres ediciones anteriores, una vez finalizado el programa, en junio de 2023, se creará una bolsa de trabajo a disposición de las 58 empresas asociadas a AEFA. Porque, sin lugar a dudas, uno de los principales reclamos del curso son las posibilidades laborales que se abren, en un sector en auge, con tasas de crecimiento interanual del 12,4%. “Tras superar el curso se adquieren un unos conocimientos que son esenciales en un sector que va al alza; en el contexto actual se necesita producir alimentos de la manera mas eficiente posible y por ello el mercado laboral está necesitado de profesionales con esta formación”, expone Escrig, que también destaca la capacidad de entablar nuevos relaciones que ofrece el Programa Experto Profesional en Agronutrientes y Bioestimulantes. “Una de las mejores cosas que tenemos los ingenieros agrónomos es nuestro sentido corporativo y en el curso se conoce mucha gente de muchos perfiles profesionales dentro del sector. En mi caso concreto, me quedé sin trabajo después de terminar el curso y todo el grupo de antiguos alumnos del curso se volcó en ayudarme. Gracias a ello encontré trabajo otra vez, en la empresa en la que estoy ahora”.