El Centro de Experiencias de Cajamar en Paiporta sustituyó este año su jornada de puertas abiertas por una visita virtual para presentar sus estrategias de control de plagas y enfermedades y dar a conocer a empresas y productores las más de 250 variedades de frutas y hortalizas obtenidas en las investigaciones realizadas durante el primer semestre del año.

Durante la visita virtual, se detallaron las nuevas estrategias diseñadas para favorecer el control biológico por conservación, así como otras dirigidas a mejorar la fertilidad y sanidad de los suelos. En este sentido, Cajamar está trabajando en el desarrollo de proyectos como ‘Comfort’, que pretende aprovechar los restos de cosecha y el uso de flujos residuales para el desarrollo de agro compostaje, con la obtención de compost funcionales. De esta forma, se evita la quema de restos de poda y se integran los posibles residuos orgánicos de forma segura en el sistema agrario.

Respecto a los proyectos que Cajamar desarrolla en el marco del Programa de Desarrollo Rural de la Comunitat Valenciana, se ha expuesto COVER CO2, que tiene como objetivo evaluar la capacidad de secuestro de CO2, el aumento de fertilidad y el efecto sobre el control biológico de plagas como consecuencia del establecimiento de cubiertas vegetales en los suelos citrícolas. Además, dentro de este programa se han implantado nuevas variedades de caqui no astringentes, la combinación con diferentes portainjertos, la mejora en la eficiencia del uso de agua de riego y el cultivo ecológico de este frutal.

En cuanto a las estrategias de mejora en el uso de agua de riego, se ha prestado especial atención al papel de los sistemas de semiforzado en horticultura al aire libre y el manejo de riego deficitario controlado en frutales. Asimismo, se presentaron novedades en el sistema de cultivo hidropónico, tanto de lechuga, para poderlas comercializar con raíces, como de verdura china como el pack choi, y aromáticas y condimentarias como la menta piperita.

Cajamar también está desarrollando la producción superintensiva y sostenible bajo invernadero de cultivos como la higuera, frambuesa, arándano y pitahaya, en la modalidad de cultivo sin suelo, que permitirá el desarrollo de estos productos cuando las condiciones de suelo no sean las apropiadas, como ocurre con los berries (frambuesa y arándano).

Durante la jornada, se presentaron más de 250 variedades de sandías, pimientos, tomates, berenjenas, melones, coles, edamame, patatas y zanahoria. El objetivo de las investigaciones ha sido obtener formatos y presentaciones innovadoras y buscar fórmulas que puedan repercutir en una mayor rentabilidad para el agricultor, involucrando para ello a la alta restauración y proponiendo recetas para su uso. Un ejemplo es el edamame, una soja que se cultiva como una judía al aire libre y que se recolecta inmadura para consumir las vainas hervidas en agua y sal.

En patata y zanahoria se mostraron variedades de diferentes colores como fuente de carotenos. Y, además, se incluyeron nuevas variedades de productos como el kale, los kaletes, el bimi, el fioretto y las frisetas, de las que hay que destacar su poder antioxidante y los beneficios que pueden aportar en la salud del consumidor.

Entre otras novedades, figuran las realizadas en el cultivo de estevia y moringa, dando a conocer su respuesta agronómica. El Centro de Experiencias de Cajamar ha trabajado junto con la Universitat Politécnica de València en la evaluación de su potencial como ingredientes en la fabricación de magdalenas y galletas.

El director de Innovación Agroalimentaria del Grupo Cooperativo Cajamar, Roberto García Torrente, destacó que estas investigaciones “pretenden favorecer un modelo de alimentación saludable y sostenible, así como una producción de alimentos diferenciados que permitan conseguir unos precios que remuneren mejor los costes de producción y generen valor añadido”. Asimismo, resaltó que para ello es importante conocer las tendencias actuales del consumidor, que giran en torno a la sostenibilidad y la búsqueda de productos que contribuyan a mejorar su estado de salud.

García Torrente incidió en el papel clave de los profesionales del sector gastronómico en la divulgación de nuevos productos, y la alternativa que la innovación puede suponer en pequeños productores que se plantean cambiar sus cultivos por falta de rentabilidad. En este sentido, subrayó la labor que se realiza desde el Centro de Experiencias de Cajamar “dirigido a impulsar la innovación tecnológica, la diversificación para favorecer el desarrollo de nuevos productos y la formación dirigida a una mayor capacitación técnica que facilite al sector agroalimentario mejorar la calidad y favorecer la diferenciación como valor añadido”.

Toda la labor investigadora desarrollada por Cajamar se traslada al sector agroalimentario con actividades de transferencia de conocimiento, como la jornada de puertas abiertas. En los primeros seis meses de este año, se han impartido 46 jornadas formativas, en su mayoría en formato online, a las que han asistido más de 4.300 participantes de diferentes ámbitos, especialmente técnicos, productores, asociaciones y centros de investigación vinculadas al sector agroalimentario.