Ante la llegada de la ola de calor a la península, Koppert recomienda humedecer el invernadero para que las elevadas temperaturas no perjudiquen a los insectos beneficiosos y, por tanto, afecten a las estrategias de control biológico de plagas, ya que el calor extremo puede dificultar gravemente la instalación de los enemigos naturales y disminuir sus poblaciones.

 

Koppert recomienda mantener un nivel adecuado de humedad en el interior de la finca para obtener directamente dos importantes beneficios. En primer lugar, evitar un bajo nivel de humedad beneficiará directamente al ácaro Amblyseius swirskii, que seguirá trabajando con normalidad. Si este ácaro depredador encuentra un nivel adecuado de humedad mantendrá su ritmo normal de propagación y de alimentación a base de insectos plaga, principalmente mosca blanca (Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporarium) y Trips (Frankiniella occidentalis).

En segundo lugar, la humidificación también ayudará a frenar la expansión de la araña roja, una plaga que encuentra en los ambientes secos su medio favorito de propagación. Un nivel adecuado de humedad no solo frena la propagación de araña roja, sino que directamente aumenta la actividad de Phytoseiulus persimilis, su principal enemigo natural. Según Koppert, es muy importante alcanzar un equilibrio entre ventilación y humedad: si los niveles de humedad suben, hay que tener la precaución de abrir ventanas y ventilar suficientemente el invernadero.

Además de vigilar los niveles de humedad, la empresa de bioprotección recomienda a los productores que las sueltas de Orius laevigatus se realicen a última hora de la tarde. Este chinche depredador muy utilizado contra la plaga de trips se instalará mucho mejor si es liberado en el interior del invernadero durante la franja más fresca del día. De este modo, Orius aprovechará las horas nocturnas para extenderse con más facilidad por la finca y comenzar su trabajo antes de que suban las temperaturas al día siguiente.

Según informa Koppert, estos consejos son válidos para evitar que las temperaturas altas durante todo el verano provoquen daños irreparables en la fauna auxiliar del invernadero. “Es necesario vigilar con frecuencia las condiciones ambientales del invernadero, ya que el clima en el interior de la finca es decisivo para que las estrategias de control biológico se desarrollen con éxito”, señala la empresa en un comunicado.