ZABRO (Zabrus tenebriodes)

El Zabro es un coleóptero cuya larva es blancuzca con segmentos en el tórax y abdomen de color castaño, y la cabeza y patas castaño o castaño claro. Causa daños principalmente en trigo y cebada. La larva se alimenta de las primeras hojas del cereal.

Los daños se presentan en rodales o plantas seguidas en la misma fila y los síntomas de ataque se manifiestan mediante hojas deshilachadas que aparecen como dobladas o acogolladas, por tener las puntas introducidas en galerías subterráneas.

Medios de lucha:

Lucha preventiva:

  • Rotar cultivos. No repetir trigo o cebada en las parcelas que hayan sido atacadas
    en años anteriores.
  • En las parcelas que han sufrido daños durante la campaña y en las colindantes donde se piense de nuevo cultivar trigo o cebada, hay que eliminar durante el verano la paja y ricio mediante medios mecánicos.
  • En parcelas donde ha existido daños hay que evitar siembras sin realizar laboreo del suelo.
  • Evitar siembras tempranas. Retrasar la fecha de siembra.

Lucha directa:

En zonas afectadas esporádicamente, el tratamiento puede realizarse a plaga detectada, una vez emergido el cereal y constatada la presencia del insecto, para evitar daños al cultivo en los momentos de máxima sensibilidad desde la nascencia hasta 3 hojas. Determinar si el ataque es generalizado en toda la parcela o bien se limita a determinados rodales, en cuyo caso el tratamiento se dirigirá exclusivamente a las zonas afectadas.

En caso de ser necesario intervenir con insecticidas, el período crítico va desde la nascencia hasta 3 hojas y cuando supere los siguientes las 10-15 plantas dañadas/m2.

La aplicación insecticida debe realizarse al amanecer o al atardecer, puesto que las larvas no son activas en las horas diurnas "a plena luz".

Tratamiento químico:

CLORPIRIFOS

LAMBDA CIHALOTRIN

MOSQUITO DEL CEREAL (Mayetiola destructor y Mayetiola mimeuri)

Los daños los ocasionan las larvas, desde la nascencia al encañado al fijarse en los primeros nudos de la planta y alimentarse de ella. Los síntomas que manifiestan las plantas afectadas son amarilleamiento de las primeras hojas, que acaban por secarse y paralizando el crecimiento de la planta.

La planta puede llegar a morir si el número de larvas en ella es relativamente elevado (4, 5 o más) y si el número de larvas por plantas es bajo, la planta continua creciendo dando hijuelos, pero ocasionando una siembra desigual y retrasada en su desarrollo.

En puede tener dos generaciones al año, con el periodo de vuelo de los adultos en otoño y otra en enero-febrero.

Medios de lucha:

Los medios de lucha directa con productos fitosanitarios no son efectivos. El sistema de lucha más eficaz es mediante prácticas culturales:

  • Si debido a lluvias caídas en agosto ? septiembre existe abundante ricio se recomienda labrar, para evitar la multiplicación de la plaga, con una profundidad de aproximadamente 10 cm. Con esta práctica, se reduce la viabilidad de las pupas, casi en su totalidad.
  • Laboreo profundo con volteo durante el verano para dificultar la emergencia. Retrasar esta labor al máximo, para que las pupas queden expuestas al calor, sequedad y parasitoides y provocar la muerte de muchas de ellas.
  • Lo más recomendable y efectivo es evitar las siembras tempranas, retrasando la fecha de siembra, evitando así que los adultos puedan realizar la puesta sobre el cultivo.
  • Realizar rotaciones de cultivo y evitar sembrar cereal, en parcelas afectadas en campañas anteriores.

Tratamiento químico:

CLORPIRIFOS