Siguen evolucionando aunque muy lentamente, las podredumbres del racimo en las variedades pendientes de recolectar, tanto las causadas por hongos como las causadas por podredumbre ácida.
Recordamos que excepto Botrytis, ninguna de las podredumbres puede ser tratada químicamente, y en todo caso, los productos antibotrytis suelen tener un plazo de seguridad muy largo, que los inhabilita para aplicaciones en estas fechas, cuando la cosecha está próxima, sin que además, tales tratamientos puedan garantizar una eficacia total contra el hongo. La utilización de talcos resecantes, no plantea problemas de residuos aunque su eficacia es relativa, ya que se limitan a resecar las heridas y humedad en el racimo, frenando así la evolución de las podredumbres.
Las lluvias esporádicas de los últimos días, podrían favorecer un incremento importante de las podredumbres, especialmente en los casos en que los racimos sean mojados por la lluvia, ya que esta puede favorecer la aparición de rajado de bayas y esa podría ser la puerta de entrada a las podredumbres de forma inmediata.
Labores de poda.
Continúan las labores de poda sobre las plantaciones de variedades tempranas. Recordamos a los agricultores la importancia que tiene para el cultivo y la conveniencia de utilizarla como elemento de defensa contra las plagas y enfermedades que afectan al mismo.
En ese sentido, además de eliminar las partes afectadas por plagas (como araña, melazo, etc.) y enfermedades (hongos de madera sobre todo), se debe de utilizar para recuperar las parras más afectadas por tales hongos, efectuando para ello podas severas hasta alcanzar madera sana, provocando así la emisión de nuevos brotes por debajo de la zona podada, que pueden regenerar la parra en menos tiempo que si optamos por arrancarla y poner otra en su puesto.
No debemos olvidar que es fundamental para el cultivo, sacar y destruir la madera de poda y no dejarla en el bancal, ni siquiera troceada, ya que esto puede permitir la proliferación de taladros de madera, como Schistocerus bimaculatus, que además de atacar y destruir la madera de poda (hecho por otro lado no preocupante), puede pasar a los sarmientos que se dejan en la parra y afectar a las yemas que han de brotar al año siguiente, con los daños consecuentes.
Es conveniente que las parras afectadas o sospechosas de estar atacadas de Yesca (Vitis vinifera L.) se poden al final de la tarea, cuando ya han sido podadas todas las demás, y siempre, desinfectar las herramientas de poda después de cada parra. Cuando la poda exige la realización de cortes de un cierto tamaño, sobre madera de más de un año, es conveniente que se utilice un mástic o producto protector de las heridas, para favorecer su cicatrización e impedir la entrada de patógenos de madera, que afecten al cultivo.
Como profilaxis general, y de manera muy especial en las plantaciones jóvenes, deberían tratarse todas las heridas de poda con el fin de evitar la entrada de hongos de madera que a largo plazo, pueden ocasionar graves alteraciones a la planta y mermas en el cultivo. En este sentido, pueden utilizarse los productos autorizados para su aplicación en las heridas de poda, tanto en forma de pintura como en pulverización. Las aplicaciones con los productos antes citados deben ser realizadas inmediatamente después de la poda, directamente sobre el corte de poda, siempre en invierno, en parada vegetativa.