MODO DE ACCIÓN DEL HERBICIDA.

Para reducir el riesgo de aparición de ecotipos resistentes se recomienda encarecidamente alternar con métodos no químicos de control (barbecho, rotación, laboreo, abono verde, etc.), evitar el monocultivo de cereal y el uso continuado del mismo herbicida o de herbicidas que tengan el mismo modo de acción (por ejemplo: diclofop y clodinafop, clortoluron e isoproturon, etc.), por lo que no se aconseja tratar más de 2 años seguidos con herbicidas que respondan al mismo indicativo, especialmente con los grupos que tienen más riesgo de producir resistencias, que son los A (Materias activas terminadas en " ?fop ? dim ?den") y B (Sulfonilureas) . Más información en http://www.semh.net/resistencia_herbicidas.html

2. IMPACTO AMBIENTAL DE LOS HERBICIDAS. En la utilización de herbicidas en general, como en la de cualquier otro producto fitosanitario, es indispensable, sea cual sea el programa de producción que estamos utilizando, tratar de minimizar al máximo cualquier riesgo medioambiental. En los productos autorizados para el cultivo de que se trate, este riesgo es aceptable. No obstante, cuando dispongamos de diferentes posibilidades de tratamiento, con el fin de que el riesgo no sólo sea aceptable sino el menor posible.

Las pautas para su utilización serán las siguientes:

1º Como de costumbre elegiremos la materia activa herbicida que nos pueda resolver el problema de malas hierbas que tenemos en la parcela.

2º Caso de que tengamos más de un herbicida que nos pueda resolver el problema en

un determinado momento de tratamiento, nos fijaremos a continuación en su impacto ambiental, seleccionando el que lo tenga más bajo.

3º Siempre que sea posible, elegiremos un momento de aplicación que nos permita la utilización de materias activas con el impacto más bajo.

4º Cuando por las circunstancias que sea tengamos que recurrir al empleo de un herbicida con impacto MEDIO o ALTO, nos fijaremos detenidamente en las restricciones de tipo ecotoxicológico que vienen reflejadas en la etiqueta y actuaremos en consecuencia.

Las bajas temperaturas aumentan la sensibilidad de los cereales, razón por la cual no son aconsejables las aplicaciones inmediatamente antes o después de fuertes y continuas heladas. Incluso para los herbicidas en los cuales no es muy importante este efecto, no conviene tratar con temperaturas bajas, ya que hay una disminución de la eficacia.

Para el control de la avena loca en parcelas muy infestadas recomendamos:

1.º Cambiar el cultivo (leguminosa, girasol o barbecho en secano, maíz en regadío).

2.º Si esto no es posible, sembrar cebada, aumentar la dosis de siembra en un 10% y tratar con un herbicida específico (p. ej.: diclofop metil).

3.º Sembrar el cereal y segar en verde junto a la avena antes de producir semillas.