CERATITIS CAPITATA

La mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) es la plaga que más daños produce en los frutales fundamentalmente de la zonas de medianías. Los principales cultivos afectados por esta plaga son: cítricos (naranjos y mandarinos), frutales de hueso (melocotoneros, durazneros y nectarinos), nispereros e higueras.

Para un control efectivo de la plaga es necesario realizar un manejo integrado que incluya la retirada de frutos caídos, la colocación de trampas con atrayentes y, en caso necesario, las aplicaciones fitosanitarias en los momentos adecuados. Las trampas para la mosca de la fruta pueden cebarse con atrayentes sexuales o atrayentes alimenticios. Éstos últimos son los más recomendables ya que están especialmente formulados para la atracción de las hembras de la mosca de la fruta, que son las que producen el daño en los frutos.

Tipos de trampas

Existen en el mercado distintos tipos de trampas con diferentes formas (cónicas, semiesféricas, cúbicas?). Asimismo, también se pueden elaborar trampas con botellas plásticas transparentes que se usan para contener agua mineral de 1.5 litros, a la que se realizan cuatro o cinco orificios de 8 milímetros de diámetro a unos ¾ de su altura. Además se puede colorear de amarillo la zona de los orificios para facilitar la entrada de las moscas en el interior de la botella.

Colocación y densidad de trampas

Las trampas se deben colgar de modo que queden situadas en la cara sur del árbol, a una altura aproximada de 1.50 metros del suelo y algo protegido por el follaje para evitar que queden expuestas al sol.

La densidad de colocación de trampas dependerá de su uso:

- Para la detección de la plaga (10 trampas/ha que equivale a aproximadamente 1 trampa por 40 árboles).

- Para captura masiva (de 50 a 70 trampas/ha que equivale a 1 trampa por cada 6-9 árboles).

Momento de colocación de trampas

A título orientativo las trampas deben colocarse 1 mes antes del cambio de color del fruto, aún estando verde, e incluso desde el cuajado del fruto en cultivos muy sensibles como durazneros o guayabos.

Tipos de atrayentes alimenticios

Atrayentes alimenticios secos. En este caso las trampas utilizadas deben contener insecticida. Se comercializan tapas impregnadas con insecticida para evitar la salida de las moscas que entren. Los atrayentes y las tapas con insecticida tienen una persistencia de 90 a 120 días.

Atrayentes alimenticios líquidos. Existen atrayentes alimenticios líquidos especialmente formulados para la atracción de la mosca de la fruta que se utilizan puros o diluidos en agua, dependiendo de la marca comercial. También se pueden emplear productos menos selectivos para la mosca de la fruta como el fosfato biamónico a dosis de 40 gramos por litro. Con este tipo de atrayente, las moscas mueren ahogadas en el líquido por lo que no es necesario emplear insecticida.

La colocación de las trampas junto con la retirada del suelo de frutos caídos, y en el caso que fuera necesaria, la aplicación de productos fitosanitarios, contribuyen a la disminución de los daños provocados por la mosca de la fruta.