DAÑOS POR GRANIZO EN FRUTALES.

El granizo produce heridas en los frutos y en la corteza de brotes, ramos, ramas y troncos. Estas heridas son importantes puntos de infección para hongos y bacterias. Con objeto de evitar o disminuir estas infecciones, es necesario efectuar tratamientos en pulverización foliar dentro de las 48 horas posteriores a la granizada.

En el caso de los frutales de hueso, la infección más peligrosa es la producida por monilia, que deberá evitarse con los productos fitosanitarios recomendados.

En el caso de los frutales de pepita deberá aplicarse captan.

La aplicación de productos cúpricos después de la floración no está permitida en ninguna especie de fruta dulce de hueso ni de pepita.

En olivo, deben combatirse las infecciones de la bacteria causante de la tuberculosis con compuestos de cobre. En cuanto a la vid, también les recomendamos el uso de compuestos de cobre para limitar las infecciones de botrytis y podredumbre blanca.

DAÑOS POR GRANIZO EN VIÑEDO

En aquellos viñedos en los que gran parte de la vegetación está sana y quedan racimos suficientes como para obtener una buena cosecha, se continuará defendiendo el viñedo contra los parásitos que le puedan afectar, y en la poda se eliminarán los sarmientos dañados.

En aquellos viñedos en los ha quedado poca vegetación y algún racimo (ver foto), además de realizar dentro de las 48 horas un tratamiento con un producto cicatrizante y mantener los tratamientos y técnicas culturales habituales del viñedo, es recomendable realizar una nueva espergura, eliminando todas aquellas que no presenten interés alguno como base de la futura poda. Es importante no realizar desnietado, ya que los nietos nos van a aportar una superficie foliar necesaria para acumular reservas de cara al año próximo y facilitan la maduración de los racimos que hayan quedado.

En aquellos viñedos en los que ha quedado muy poca vegetación, prácticamente ningún racimo y los pámpanos están muy dañados (ver foto 2), se recomienda no realizar ningún tratamiento con cicatrizantes y no intervenir en los primeros días después de la granizada.

Se debe esperar a que las yemas ciegas, casqueras o latentes inicien su brotación, lo que suele suceder ser a los 7 - 12 días después de la tormenta de granizo.

En estos viñedos se pueden distinguir dos casos, en los que se actuará de forma distinta:

Caso 1: Si no está afectado el primer entrenudo del brote de este año, se debe podar sobre la yema pronta y axilar del primer brote. Es recomendable realizar una nueva espergura, eliminando todas las que no presenten interés como base de la futura poda, pero no realizar desnietado sobre los nuevos pámpanos, pues los nietos van a aportar una superficie foliar necesaria para acumular reservas para el año próximo y facilitar la maduración de los racimos que hayan quedado.

Caso 2: Si los primeros entrenudos del brote del año se encuentran muy dañados, se debe podar a la ciega y/o quitar los brotes dañados con la mano. De la misma manera que se ha indicado en el caso anterior, se recomienda realizar una nueva espergura, eliminando todas las que no presenten interés como base de la futura poda, sin realizar desnietado sobre los nuevos pámpanos, por las razones anteriormente citadas.

En estos casos de afecciones graves, las intervenciones se deben enfocar prioritariamente a la recuperación de la cepa, y no a salvar la cosecha. El trabajo que no se haga en el momento indicado (espergurado, poda,?) se tendrá que hacer en la poda de invierno, con la particularidad de que esta labor es mucho más complicada, y deberá ser realizada por personal especializado, prestando especial atención a la elección de yemas y varas que no presenten daños.